Las altas temperaturas ambientales están claramente asociadas
con un aumento de la mortalidad global a corto plazo. Se sabe también, que las
altas temperaturas se asocian a un mayor riesgo de infarto de miocardio. Un
estudio publicado esta semana en
BMJ, pretende cuantificar la asociación entre la
exposición a las altas temperaturas y el riesgo de infarto de miocardio a lo
largo de una distribución temporal diaria. Se estudiaron 24.861 ingresos
hospitalarios por infarto de miocardio en 11 centros urbanos durante los meses
más cálidos (junio a agosto) de los años 2003-09. Los resultados aportan que por
cada aumento de 1 ° C en la temperatura por encima de un umbral establecido en
20ºC, el riesgo de infarto de miocardio aumentó en un 1,9% (0,5% a 3,3%, p =
0,009) en las seis horas posteriores a la exposición, pero seguido de una reducción
en los tres días posteriores del riesgo
esperado, compensando el balance de eventos al final de los tres días analizados.
Esto sugiere, que el aumento de temperatura dispara la aparición de eventos isquémicos
en personas muy vulnerables, adelantando
en horas, un proceso esperable que se
iba a producir poco después. No se observaron variaciones estadísticamente significativas en
la vulnerabilidad al calor según la edad, el consumo de drogas (estatinas y
aspirina), o enfermedad cardiovascular previa.
Los mecanismos fisiopatogénicos desencadenantes son
desconocidos, argumentándose alteraciones en la viscosidad de la sangre y hemoconcentración
con elevación relativa de células sanguíneas por perdida hídrica y ligera
deshidratación por el calor, también variaciones
del flujo sanguíneo que deriva parte de la sangre de órganos importantes a vasos superficiales
para su refrigeración, son algunos de los mecanismos a todas luces
insuficientemente demostrados.
Este estudio, es de interés para todos aquellos encargados
de planificar recursos, y de los
profesionales dispuestos a atender situaciones eventualmente de riesgo, con el
fin de estar más preparados y alerta en las primeras horas de las llamadas "olas
de calor", dado que la actuación temprana al infarto es de suma importancia para
la supervivencia de estos pacientes; estudios futuros que confirmen y ajusten
aún más estos datos, son de gran importancia con el fin de implementar medidas preventivas
adecuadas en este sentido.
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