La tuberculosis sigue viva.


Adentrándonos en el siglo XXI, la tuberculosis, la misma enfermedad que fue azote de la humanidad en siglos pasados, sigue siendo una enfermedad temible y causa todos los años millones de enfermos y de muertes en todo el mundo, localizándose ahora más que nunca en las capas sociales más pobres y desfavorecidas. Un artículo revisión del NEJM, nos acerca esta semana algunos conceptos y  novedades en avances sobre nuevos métodos diagnósticos, medicamentos  y vacunas.
Las cifras del año 2011 hablan de más de 8 millones y medio  de nuevos casos de enfermedad activa (13% en coexistencia con VIH), y cerca de millón y medio de muertes por su causa. Más de 300.000 casos son resistentes al menos, a isoniacida y rifampicina. El África subsahariana, tiene las mayores tasas por habitante debido a la coexistencia con VIH y en números absolutos, son China y la India los países más afectados. Pero la infección afecta a muchas personas más, pues en el 90% de las infectadas, no se presenta como enfermedad activa sino con una infección latente asintomática. El riesgo de llegar a sufrir enfermedad activa entre los infectados, se estima en el 5% a lo largo de los primeros 18 meses después del contagio inicial, y de otro 5% a lo largo de toda su vida restante. La aparición de cepas mutantes resistentes a los antibióticos, esta propiciada por el mal uso de los fármacos, y estas  multirresistencias  son más frecuentes en las zonas donde se coexiste con el VIH.
Las características clínicas son de todos conocidas, la tos crónica, pérdida de peso, sudores nocturnos, fiebre y hemoptisis, siguen siendo los síntomas que orientan habitualmente al diagnostico, y su localización extrapulmonar llega hasta el 40% de los casos según zonas. Cuando se asocia a VIH, las manifestaciones clínicas pueden llegar a ser muy sutiles, siendo frecuente encontrar resultados negativos en estudio del esputo y Rx de torax,  con cultivo posterior positivo, confirmando la enfermedad subclínica; la dificultad del diagnostico es  tanto mayor  cuanto la inmunidad este más afectada, con niveles de DC4 menores de 75, puede ni siquiera haber manifestaciones pulmonares, presentándose el caso como una enfermedad febril con compromiso multiorgánico  generalizado, y alta mortalidad precoz.
El diagnostico de la infección latente se sigue realizando mediante la prueba de la tuberculina (PPD), utilizada durante los últimos 100 años, tan sensible aunque menos especifica, que la nueva prueba de  determinación de Interferón Gamma (2001). La enfermedad activa se diagnosticará mediante la microscopia del esputo y el cultivo en medio líquido, con posterior antibiograma, subrayando que la prueba de la tuberculina y del Interferón, no tienen ningún papel en el diagnostico de la enfermedad activa. Una nueva prueba de base molecular utilizada ya en Europa para la detección del bacilo, es la llamada   Xpert MTB / RIF, siendo su sensibilidad mucho mayor que la baciloscopia tradicional, con resultados reales en dos horas, incluye además la determinación de posible resistencia a la rifampicina, resultando de gran utilidad en casos de comorbilidad con VIH, superando en estos casos difíciles en sensibilidad a la baciloscopia en un 45%, y dándonos unos datos valiosísimos respecto a las posibles resistencias.
Respecto al tratamiento en caso de enfermedad latente con riesgo de sufrir infección activa, los pacientes deben de realizar tratamiento preventivo con isoniacida durante 9 meses al menos, o más, en caso de VIH en zonas de alto riesgo. En recientes estudios la rifapentina semanal más la isoniacida durante doce semanas, ha sido tan eficaz como la isoniacida en 9 meses y con menos efectos secundarios (solo datos de evidencia en casos de adultos y no VIH).
El tratamiento eficaz de la tuberculosis activa, requiere un diagnóstico preciso y precoz, la detección de resistencia a los antibioticos y determinación de la presencia o no del VIH, la administración de regímenes efectivos bajo la supervisión y el  apoyo sociosanitario a los pacientes para su cumplimiento en todo el curso del tratamiento, es de gran utilidad. El actual estándar de cuatro fármacos de primera línea (isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol), logra tasas de curación de más del 95% en  condiciones de ensayo y más del 90% en el tratamiento bajo la supervisión de los programas de control de la tuberculosis. El tratamiento requiere un mínimo de 6 meses en dos fases: 2 meses con los cuatro fármacos en la fase intensiva y 4 meses con isoniacida y rifampicina en la fase de continuación. Están en ensayo tratamientos sustitutivos con fluoroquinolonas y aumento de dosis de rifamicinas  para acortar los periodos de tratamiento.
Cinco clases de fármacos nuevos se están investigando en la actualidad. De estos medicamentos, dos clases (nitroimidazoles y oxazolidinonas) y dos fármacos (bedaquiline y SQ 109) tienen nuevos mecanismos de acción, de gran importancia para su utilización en la temida TB multirresistente. La combinación de tres fármacos,  moxifloxacino, pirazinamida y PA 824-14-día, tiene actividad bactericida,  similar a la del estándar de los cuatro fármacos, son ejemplos significativos del trabajo que se está desarrollando en este campo.
Respecto a las vacunas se conoce que la tradicional BCG (M. bovis bacilo de Calmette-Guérin) que se sigue aplicando a todos los niños de las zonas donde la tuberculosis es endémica, tiene un porcentaje de éxito en la prevención de la enfermedad, que ronda el 50% según el ultimo metanalisis global realizado, y teniendo en cuenta que la BCG, es además potencialmente generadora de enfermedad diseminada fatal en paciente inmunodeprimidos, no debería ser administrada en niños portadores de VIH. Esto hace, que se esté trabajando en la búsqueda de un sustituto que mejore la eficacia de la clásica BCG, sin sus inconvenientes, y son más de 30 las vacunas en  estudio actualmente.
A pesar de estos avances prometedores, las crisis económicas mundiales siguen obstaculizando los programas de control de la tuberculosis. Siguen siendo necesarios fuertes compromisos políticos y financieros a nivel mundial, para conseguir un control adecuado de esta temible enfermedad y evitar así millones de muertes innecesarias.Adentrándonos en el siglo XXI, la tuberculosis, la misma enfermedad que fue azote en siglos pasados, sigue siendo una enfermedad temible y sigue afectando a millones de enfermos y de  muertes en todo el mundo, localizándose ahora más que nunca en las capas sociales más pobres y desfavorecidas. Un artículo revisión del NEJM, nos acerca esta semana algunos conceptos y  novedades, en avances sobre nuevos métodos diagnósticos, medicamentos  y vacunas.
Las cifras del año 2011 hablan de más de 8 millones y medio  de nuevos casos de enfermedad activa (13% en coexistencia con VIH), y cerca de millón y medio de muertes por su causa. Más de 300.000 casos son resistentes al menos, a isoniacida y rifampicina. El África subsahariana, tiene las mayores tasas por habitante debido a la coexistencia con VIH y en números absolutos, son China y la India los países más afectados. Pero la infección afecta a muchas personas más, pues en el 90% de las infectadas, no se presenta como enfermedad activa sino con una infección latente asintomática. El riesgo de llegar a sufrir enfermedad activa entre los infectados, se estima en el 5% a lo largo de los primeros 18 meses después del contagio inicial, y de otro 5% a lo largo de toda su vida restante. La aparición de cepas mutantes resistentes a los antibióticos, esta propiciada por el mal uso de los fármacos, y estas  multirresistencias  son más frecuentes en las zonas donde se coexiste con el VIH.
Las características clínicas son de todos conocidas, la tos crónica, pérdida de peso, sudores nocturnos, fiebre y hemoptisis, siguen siendo los síntomas que orientan habitualmente al diagnostico, y su localización extrapulmonar llega hasta el 40% de los casos según zonas. Cuando se asocia a VIH, las manifestaciones clínicas pueden llegar a ser muy sutiles, siendo frecuente encontrar resultados negativos en estudio del esputo y Rx de torax,  con cultivo posterior positivo, confirmando la enfermedad subclínica; la dificultad del diagnostico es  tanto mayor  cuanto la inmunidad este más afectada, con niveles de DC4 menores de 75, puede ni siquiera haber manifestaciones pulmonares, presentándose el caso como una enfermedad febril con compromiso multiorgánico  generalizado, y alta mortalidad precoz.
El diagnostico de la infección latente se sigue realizando mediante la prueba de la tuberculina (PPD), utilizada durante los últimos 100 años, tan sensible aunque menos especifica, que la nueva prueba de  determinación de Interferón Gamma (2001). La enfermedad activa se diagnosticará mediante la microscopia del esputo y el cultivo en medio líquido, con posterior antibiograma, subrayando que la prueba de la tuberculina y del Interferón, no tienen ningún papel en el diagnostico de la enfermedad activa. Una nueva prueba de base molecular utilizada ya en Europa para la detección del bacilo, es la llamada   Xpert MTB / RIF, siendo su sensibilidad mucho mayor que la baciloscopia tradicional, con resultados reales en dos horas, incluye además la determinación de posible resistencia a la rifampicina, resultando de gran utilidad en casos de comorbilidad con VIH, superando en estos casos difíciles en sensibilidad a la baciloscopia en un 45%, y dándonos unos datos valiosísimos respecto a las posibles resistencias.
Respecto al tratamiento en caso de enfermedad latente con riesgo de sufrir infección activa, los pacientes deben de realizar tratamiento preventivo con isoniacida durante 9 meses al menos, o más, en caso de VIH en zonas de alto riesgo. En recientes estudios la rifapentina semanal más la isoniacida durante doce semanas, ha sido tan eficaz como la isoniacida en 9 meses y con menos efectos secundarios (solo datos de evidencia en casos de adultos y no VIH).
El tratamiento eficaz de la tuberculosis activa, requiere un diagnóstico preciso y precoz, la detección de resistencia a los antibioticos y determinación de la presencia o no del VIH, la administración de regímenes efectivos bajo la supervisión y el  apoyo sociosanitario a los pacientes para su cumplimiento en todo el curso del tratamiento, es de gran utilidad. El actual estándar de cuatro fármacos de primera línea (isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol), logra tasas de curación de más del 95% en  condiciones de ensayo y más del 90% en el tratamiento bajo la supervisión de los programas de control de la tuberculosis. El tratamiento requiere un mínimo de 6 meses en dos fases: 2 meses con los cuatro fármacos en la fase intensiva y 4 meses con isoniacida y rifampicina en la fase de continuación. Están en ensayo tratamientos sustitutivos con fluoroquinolonas y aumento de dosis de rifamicinas  para acortar los periodos de tratamiento.
Cinco clases de fármacos nuevos se están investigando en la actualidad. De estos medicamentos, dos clases (nitroimidazoles y oxazolidinonas) y dos fármacos (bedaquiline y SQ 109) tienen nuevos mecanismos de acción, de gran importancia para su utilización en la temida TB multirresistente. La combinación de tres fármacos,  moxifloxacino, pirazinamida y PA 824-14-día, tiene actividad bactericida,  similar a la del estándar de los cuatro fármacos, son ejemplos significativos del trabajo que se está desarrollando en este campo.
Respecto a las vacunas se conoce que la tradicional BCG (M. bovis bacilo de Calmette-Guérin) que se sigue aplicando a todos los niños de las zonas donde la tuberculosis es endémica, tiene un porcentaje de éxito en la prevención de la enfermedad, que ronda el 50% según el ultimo metanalisis global realizado, y teniendo en cuenta que la BCG, es además potencialmente generadora de enfermedad diseminada fatal en paciente inmunodeprimidos, no debería ser administrada en niños portadores de VIH. Esto hace, que se esté trabajando en la búsqueda de un sustituto que mejore la eficacia de la clásica BCG, sin sus inconvenientes, y son más de 30 las vacunas en  estudio actualmente.
A pesar de estos avances prometedores, las crisis económicas mundiales siguen obstaculizando los programas de control de la tuberculosis. Siguen siendo necesarios fuertes compromisos políticos y financieros a nivel mundial, para conseguir un control adecuado de esta temible enfermedad y evitar así millones de muertes innecesarias.

La Colchicina, útil en prevención secundaria cardiovascular.


  Esta semana la revista JACC, nos trae un ensayo clínico en el que se investiga el efecto beneficioso de la colchicina asociada al tratamiento estándar, en prevención secundaria cardiovascular
 Los pacientes que han sufrido un evento cardiovascular, a pesar del tratamiento más efectivo que tenemos en la actualidad, antiagregantes y estatinas siguen sufriendo con frecuencia nuevos eventos que ensombrecen el pronostico, por lo que siguen estando dentro del grupo de los  denominados pacientes de alto riesgo. Gracias a las investigaciones anatomopatológicas sabemos que la principal diferencia entre las placas estables y las placas vulnerables es el gran componente inflamatorio que presentan las segundas, lo que favorece su ruptura y por tanto la aparición de síndromes coronarios agudos. Tenemos que suponer entonces  que algunas de las vías inflamatorias implicadas en la enfermedad no están resueltas. La inestabilidad de la placa aterosclerótica rica en lípidos esta promovida por motivos no del todo bien conocidos que propician la infiltración de neutrófilos que se activan por el propio contenido de la palca, liberando mediadores inflamatorios que a su vez la incrementan y desestabilizan aun más, propiciando su ruptura y aparición de un nuevo evento cardiovascular. De ahí que la terapia dirigida a controlar el proceso inflamatorio parece tener su lógica en pacientes con enfermedad coronaria. Realizados estudios con corticoides,  y AINEs (antiinflamatorios no esteroideos), a excepción de la aspirina, todos se asocian a un incremento de mortalidad en pacientes con cardiopatía isquémica
   La colchicina es un potente antiinflamatorio que actúa inhibiendo la activación de los neutrófilos mediante su efecto antitubulina, la gota aguda y la Fiebre Mediterránea Familiar, son dos ejemplos de su eficacia y concretamente en el ultimo caso el tratamiento a largo plazo a bajas dosis era aceptablemente bien tolerada apreciándose que estos pacientes así tratados sufrían aparentemente menos eventos cardiovasculares.
  Estas fueron las bases para realizar el ensayo LoDoCo (Low Dose Colchicine) cuyo objetivo era determinar si la colchicina 0,5 mg / día puede reducir el riesgo de eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad coronaria clínicamente estable.
Se trata de un estudio prospectivo, aleatorizado y doble ciego, 532 pacientes con enfermedad coronaria estable que recibieron aspirina y/o clopidogrel (93%) y estatinas (95%) fueron asignados al azar la mitad a tomar colchicina 0,5 mg / día y seguidos durante una media de 3 años. El resultado primario fue la incidencia combinada de síndrome coronario agudo, paro cardíaco o accidente cerebrovascular isquémico no cardioembólico.
   El resultado primario se produjo en el 4,5% de paciente  en el grupo tratado versus 16,0% en el sin tratar lo que demostró una alta eficacia.
    Conclusiones: La colchicina a dosis de 0,5 mg/día añadido al tratamiento estándar de prevención secundaria, parece eficaz para la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad coronaria estable. El efecto de la adición de colchicina se hizo evidente temprano, siguió acumulándose con el tiempo, y se debió principalmente a una reducción en el SCA no relacionado con la enfermedad de Steen.
 Los autores del estudio reconocen en la discusión, que a pesar de la aceptable tolerancia del fármaco, un 16% de pacientes abandonaron el estudio por problemas gastrointestinales (11%) o por otros efectos secundarios, y también reconocen que la asociación de la colchicina con estatinas, puede aumentar el riesgo de mialgias y rabdomiolisis, lo que unido al estrecho margen terapéutico de la colchicina, podría suponer un problema a la hora de generalizar los tratamientos. No obstante se trata de una terapia altamente eficaz, aceptablemente bien tolerada y barata, que debe de investigarse en nuevos estudios, ya que podría tener un gran interés en prevención secundaria como adyuvante de la terapia estándar en pacientes de alto riesgo. 

Los huevos, muy ricos y no tan malos.


   El  huevo como alimento, ha sido a lo largo de las últimas décadas el protagonista de una larga polémica, y son muchos los trabajos que con resultados en ocasiones contradictorios y siempre poco claros, han estudiado las consecuencias que su consumo frecuente, puedan tener desde el punto de vista de riesgo cardiovascular. Es de sobra conocido,  que todo esto parte de los años 70, cuando la doctrina de los factores de riesgo llega con toda su fuerza y el huevo como alimento rico en colesterol, se convierte en un alimento proscrito por sus potenciales efectos negativos sobre la salud.  Desde entonces, ríos de tintan han  corrido y en todos los casos con resultados ni definitivos, ni claros,ni convincentes, cuando no en muchas ocasiones contradictorios.


    Se sabe de la importancia que niveles altos de LDL-colesterol tienen  en el desarrollo de eventos cardiovasculares, pero también se ha demostrado que en la mayor parte de la población, el efecto del colesterol de la dieta en la variación de esos niveles es más bien pequeño. Los expertos nutrólogos, apreciaron a lo largo del tiempo, que el desplazamiento de los huevos en la dieta de los ciudadanos no siempre se cubría con alimentos saludables y esto lleva consigo la aparición de desequilibrios nutricionales, sobre todo con aumento de consumo de H de C y  comida basura que tiene consecuencias indeseables sobre el peso, si además consideramos que el huevo aparte de colesterol, también es portador de un amplio arsenal de vitaminas, minerales y otras grasas que por otras vías favorecen nuestro sistema cardiovascular, comprenderemos que la palabra confusión es muy apropiada para definir el estado de opinión sobre este tema.
  Esta vez  es la revista BJM la que nos trae el último meta-análisis respecto al consumo de huevos y su efecto en la salud de los enfermos cardiovasculares “El consumo dehuevos y riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular: un meta-análisisde estudios de cohorte prospectivos  dosis-respuesta”. Objetivo:  Investigar y cuantificar el potencial de dosis-respuesta de la asociación entre el consumo de huevo y el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria y el accidente cerebrovascular. En las bases de datos exploradas se encontraron cerca de 1.500 artículos o trabajos sobre el tema, de los que solo se escogieron 8 artículos con 17 informes finales,  nueve para enfermedad coronaria y ocho para enfermedad cerebro vascular, abarcaban millones de pacientes año, los eventos contabilizados fueron 5.847 casos de enfermedad cardiaca coronaria, y 7.579 casos de accidente cerebrovascular.
  Los resultados nos indican que un mayor consumo de huevos (hasta un huevo por día) no está asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria o cerebral. En el subgrupo de enfermos diabéticos,  sí  se encontró un aumento del riesgo de enfermedad coronaria . Además en todos los pacientes se apreció una disminución significativa de enfermedad vascular
 Analistas de estudios de población y expertos en el área  de diabetes como nuestro apreciado Mateu Seguí Díaz vinculado a redGEDAPS,  comentan que efectivamente el estudio referido lo que demuestra una vez más es que el incremento de grasas saturadas en la alimentación habitual tiene poco o nulo efecto en enfermos caridovasculares con un escaso o moderado riesgo, apareciendo el efecto negativo de ese consumo solo en los pacientes que su diabetes asociada, les coloca en situación de muy alto riesgo.
La mejora en todos los pacientes del riesgo hemorrágico cerebral, abalaría la teoría de que el huevo, además de colesterol, tiene otros nutrientes con efectos beneficiosos al sistema vascular que no se deben olvidar y exigen más y mejores investigaciones.

El Yoga, llega .... a la cardiología ¡¡¡¡


La prestigiosa revista americana de cardiología   JACC,  ha publicado un pequeño pero interesante estudio,  en el que se abre la puerta a terapias alternativas como el Yoga, para patologías tan importantes como la Fibrilación Auricular.
  La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardiaca más frecuente ( el estudio OFRECE da unos resultados  para la población española del 4,2% de los mayores de 40 años) y se asocia a importantes costes en morbilidad,  mortalidad y la salud en general. Además, los pacientes con FA ven afectada de forma importante su calidad de vida ocasionando una importante afectación psicológica, causando  depresión y  ansiedad en el individuo. La eficacia de las estrategias actuales de tratamiento, incluidos los medicamentos antiartríticos  y la ablación por catéter en el control del ritmo de FA es muy variable y podríamos calificarla de subóptima. El Yoga es una combinación de ejercicios físicos estructurados, técnicas de respiración y meditación, y son numerosos los estudios que demuestran su influencia positiva en la función cardíaca autónoma así como en reducir los síntomas de depresión y el nivel de  ansiedad dando como resultado mejora en la calidad de vida ; también  parece demostrado que hay una compleja relación entre estos factores y el inicio y mantenimiento de muchos casos de FA paroxísticas. El estudio pretende investigar el resultado del impacto de un programa estructurado de yoga sobre la aparición de episodios de FA, nivel de ansiedad, depresión y calidad de vida.
Es un estudio pequeño, con 53 pacientes inscritos, de los cuales terminaron el estudio 49, de edades comprendidas entre los 18 y 80 años, todos ellos con tratamiento médico adecuado y estables; el estudio se efectua durante un primer periodo de tres meses de observación,  seguido de otros tres,  en los que  todos los participantes  realizaron un programa de intervención de al menos dos días a la semana de ejercicios de yoga modalidad Iyengar,  durante 60 minutos por sesión  con un instructor capacitado. Los métodos de evaluación así como los test de calidad de vida y puntuación de nivel de ansiedad y depresión,  se describen en el enlace del trabajooriginal.
Los resultados muestran que la terapia de yoga, reduce significativamente la frecuencia de FA sintomática y asintomática, y mejora la ansiedad, la depresión, la frecuencia cardiaca en reposo, la presión arterial y la calidad de vida en pacientes con el FA paroxística. Estos resultados ponen de relieve el valor terapéutico de un tratamiento no invasivo y de bajo costo, como el yoga,  para complementar de forma eficaz,  estrategias de tratamiento convencionales en la atención y tratamiento de los pacientes con FA paroxística.
Se desconocen los mecanismos fisiopatogénicos que ocasionan estos beneficios. Varios estudios sugieren que la práctica de yoga puede reducir el estrés, por regular el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, que a su vez puede reducir la actividad del sistema nervioso simpático y aumentar la actividad parasimpática, evitando fluctuaciones extremas y no fisiológica en el tono autonómico, especialmente los aumentos repentinos del tono simpático, que a menudo preceden a la aparición de episodios de FA. El yoga pues, puede prevenir la iniciación y perpetuación de AF a través de sus efectos pleiotrópicos tales como: 1) aumento del tono parasimpático basal; 2) la supresión de fluctuaciones extremas en los 2 componentes del sistema nervioso autónomo, y 3) la disminución de la progresión de la arritmia, evitando o minimizando el remodelado auricular. Los resultados indican también que la práctica de yoga puede dar lugar a una mejora significativa en la calidad de vida, la ansiedad y mejorar niveles depresión en pacientes con FA, que redundarían de forma favorable en la evolución de la arritmia.
Sin duda, la pequeña población estudiada, junto con las limitaciones metodológicas reconocidas en el estudio, dan a sus conclusiones un valor muy relativo, pero puede servir de puerta de entrada a estudios más amplios y pormenorizados, donde se valoren terapias alternativas a las convencionales farmacológica o intervencionistas, que con un mínimo coste, obtengan resultados interesantes  y de gran relevancia para la salud pública  al tratarse de una patología tan prevalente como la FA.