A vueltas con el PSA.


    Cáncer de próstataLos pacientes con cáncer de próstata en una etapa temprana están generalmente asintomáticos, cuando ya se manifiesta al tacto rectal, en mucha ocasiones el tumor ha superado la cápsula, encontrándose en un estadío más avanzado de lo deseable. La detección del tumor mediante pruebas sencillas en una población asintomática y aparentemente sana, siempre fue un objetivo deseable. La prueba para la detección en sangre del antígeno prostático específico (PSA) cuando se presentó, hace mas de 20 años, ofrecía un futuro prometedor, pero aunque esta prueba ha demostrado en ensayos a gran escala reducir la mortalidad de la enfermedad, también ha supuesto un alto costo en términos de gran numero de participantes en el screening y sobrediagnóstico: se estima que por cada muerte por cáncer de próstata evitado durante 11 años de seguimiento, se necesita realizar el cribado a 1.055 hombres y hacer el diagnostico de 37 cánceres. Teniendo en cuenta el impacto devastador de un diagnóstico de cáncer innecesario en el paciente y su entorno, y en ocasiones las graves  secuelas asociadas al tratamiento, la prueba de PSA, que se utiliza en la actualidad como screening poblacional podría decirse que ocasiona más perjuicios que beneficios. Sin embargo, la determinación del PSA es una prueba  arraigada en los sistemas de salud de todo el mundo, y hasta que no identifiquemos otra prueba que puede discriminar con precisión los pocos tumores malignos potencialmente mortales, de los cánceres de próstata no mortales y mucho menos agresivos, la prueba de PSA probablemente seguirá utilizándose con profusión. Por esto las estrategias para mejorar el uso de la prueba de PSA son de gran importancia para limitar los daños. Una posible estrategia para mejorar la relación de beneficios/daños de la prueba de PSA es centrarse en discriminar a los hombres con mayor riesgo de sufrir un cáncer de próstata potencialmente mortal.


    En esta línea de trabajo, BMJ publicó en el mes de marzo un estudio sueco en el que se evaluó a través de tasas acumuladas, las  incidencias en el screening de cáncer de próstata, metástasis, y  muerte y las diferencias de riesgo estratificado por nivel de PSA basal analizado a los 60 años. El estudio se realizó mediante la comparación de dos cohortes de base poblacional en Suecia, uno compuesto por los participantes en el grupo de intervención  de Gotemburgo y la otra compuesta de individuos del Proyecto Preventivo Malmo con niveles de PSA medidos retrospectivamente en muestras de sangre almacenadas de 1982 . (1.756 y 1.162  hombres respectivamente).
Concluyen los autores que el balance beneficio/riesgo del resultado de la prueba de determinación de PSA en sangre varia mucho en función de los valores obtenidos en esta determinación en varones a los 60 años. Los hombres con una concentración de PSA ≥2 ng/ml, son considerados de alto riesgo l (cerca de una cuarta parte de la población), y en este grupo los beneficios del cribado son grandes, mientras que para los hombres con una concentración de PSA <1 ng/ml a los 60 años, la prueba de detección de PSA dará lugar a un sobrediagnóstico sin beneficio en la mortalidad. Por lo tanto, para los hombres con una concentración de PSA a los 60 años, <1 ng/ml no se recomienda realizar nuevos controles. Los paciente con PSA a los 60 años entre 1 y 2 ng/ml  estarían en lo que ellos llaman zona gris sin datos concluyentes sobre la estrategia a seguir.
    Seguro que queda mucho camino por recorrer y que el descubrimiento de un marcador más especifico del tumor prostático agresivo, metastático y mortal sería la solución a esta polémica  que desde hace años el PSA suscita. Pero hoy tenemos lo que tenemos, y trabajos como este seguro que con sus defectos sin ser una guía de practica clínica al uso, nos ayudan un poco más a tomar decisiones es este controvertido tema.

Algo de osteoporosis.


 Hoy, nuestra R2 Rocio del Pozo, nos trae un resumen sobre la reciente actualización de la “Guía de práctica clínica para la osteoporosis en mujeresposmenopáusicas” consensuada por el Grupo de Trabajo correspondiente a la sociedad  de Ginecología y  Medicina Familiar de Canadá. Interesante, no solo por  responder a los últimos  avances clínicos y científicos (actualiza una última edición de 2009), sino también por presentar los diferentes grados de recomendación según nivel de evidencia.


 * Los objetivos de tratamiento de la osteoporosis incluyen la evaluación del riesgo y también la prevención de la fractura. (IA)
*Una falta de respuesta a la terapia obliga a  revisarla y modificarla apropiadamente. (IA)
*Identificar adecuadamente los factores de riesgo de fractura; a saber:
la edad, la densidad mineral ósea, fractura previa, y tratamientos con glucocorticoides. Estos factores de riesgo permiten estimar el riesgo de fractura utilizando tablas de probabilidad como en su caso la de  la Asociación Canadiense de Radiólogos y
Osteoporosis Canadá. (IA)
* La Herramienta de Evaluación de Riesgo de Fractura de la Organización Mundial de la Salud (FRAX) es valida e incorpora la valoración de factores de riesgo: bajo índice de masa corporal, historia familiar de fractura, el consumo de tabaco, consumo de alcohol, y la presencia de causas secundarias de osteoporosis. (IA)
* Una fractura previa por fragilidad aumenta el riesgo de una fractura en el futuro y confirma el diagnóstico de osteoporosis, independientemente de los resultados de la evaluación de la densidad  ósea por densitometría (IA). La presencia de fractura de una vértebra o  cadera  por un traumatismo de bajo impacto confirma un alto riesgo de fractura independientemente de la densidad mineral ósea (IA)
* El tratamiento debe iniciarse de acuerdo con los resultados funcionales de la evaluación del riesgo absoluto de fractura a 10 años. (IA)


Recomendaciones farmacológicas

*El calcio y la vitamina D: la suplementación adecuada de calcio y vitamina D es la clave para asegurar  la prevención de la pérdida ósea progresiva. Para mujeres posmenopáusicas se recomienda la ingesta diaria total de 1.200 mg. de Calcio elemento de fuentes dietéticas y suplementos diarios, con 800 a 2.000 UI de vitamina D. Pero la sola suplementación es insuficiente para prevenir fracturas en personas con osteoporosis.
*La terapia hormonal: Se valora la terapia hormonal como la opción más eficaz para alivio de los síntomas de la menopausia (IA) y representa una razonable elección para la prevención de la pérdida ósea y la fractura en esta población (IA). Los médicos pueden recomendar estrógenos a dosis baja y ultra bajas para mujeres sintomáticas para el alivio de los síntomas menopáusicos (IA), pero deben informar a sus pacientes que si bien  la  terapia ha demostrado un efecto beneficioso en la prevención de la osteoporosis (IA), no ha sido así en la reducción del riesgo de fracturas.
*Los bifosfonatos: El alendronato, risedronato, y ácido zoledrónico son fármacos valiosos en la primera línea en el  tratamiento  de la osteoporosis posmenopáusica y se deben considerar para disminuir el riesgo de fracturas vertebrales, no vertebrales y de cadera. (IA).
*El etidronato es un agente antirresortivo débil y no se recomienda como un agente de primera línea de elección para el tratamiento de la osteoporosis. (ID)
Inhibidor de RANKL (Receptor Activator for Nuclear Factor κ B Ligand, su principal función es la activación de los osteoclastos): El Denosumab es un agente antirresortivo eficaz, que ha demostrado reducir el riesgo de fracturas vertebrales, no vertebrales, y  fracturas de cadera, (IA) y debe ser considerada como un agente de primera línea de elección en el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica en mujeres con un alto el riesgo de fractura. (IA)
*Moduladores Selectivos del receptor de estrógenos: El tratamiento con raloxifeno se puede considerar para disminuir el riesgo de fracturas vertebrales, teniendo en cuenta que este agente no ha demostrado ser eficaz en la reducción del riesgo de fractura no vertebral o de la cadera. (IA)
*Hormona paratiroidea: El tratamiento con teriparatida se debe considerar para disminuir el riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales en mujeres posmenopáusicas, en las mujeres con osteoporosis grave (IA) y también debe ser considerado en mujeres posmenopáusicas que experimentan pérdida de masa ósea o una nueva fractura a pesar de tener prescrito tratamiento antirresortivo. (IA)

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¿Los corticoides inhalados en el EPOC severo son necesarios?


   Las exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), son frecuentes en los pacientes más avanzados y conducen a un deterioro de la función pulmonar y de la salud en general de paciente, haciéndole mas vulnerable a otras comorbilidades El tratamiento con glucocorticoides inhalados reduce la tasa de exacerbación, sobre todo cuando los fármacos se usan en combinación con un agonista β-acción prolongada (LABA) por lo que se recomienda la terapia de combinación con un glucocorticoide inhalado y un LABA en pacientes con EPOC grave o antecedentes de exacerbaciones frecuentes. También los antagonistas muscarínicos de acción prolongada (LAMA) han demostrado ser útiles en prevenir las exacerbaciones. Sin embargo, el beneficio de los glucocorticoides inhalados en una pauta que incluya estas dos clases de broncodilatadores de acción prolongada aún no se ha determinado. En el estudio WISDOM publicado recientemente en NEJM se plantea la hipótesis de que en pacientes estables y bien controlados,con la retirada gradual de los glucocorticoides inhalados, el riesgo de exacerbación sería similar al el uso continuado de los glucocorticoides inhalados en pacientes con EPOC grave o muy grave que estaban recibiendo una combinación de LAMA (tiotropio) y un LABA (salmeterol).

  A partir de febrero de 2009 hasta julio de 2013, se realizo el estudio, aleatorizado, doble ciego, de grupos paralelos, con un total de 2.485 pacientes fueron sometidos a la asignación al azar en 200 centros en 23 países. Todos los pacientes recibieron 18 g de tiotropio una vez al día (emitido por un HandiHaler), 50 g de xinafoato de salmeterol dos veces al día y 500 g de propionato de fluticasona (un glucocorticoide inhalado) dos veces al día (dos accionamientos de 250 mg. Durante la fase doble ciego del ensayo, los pacientes se sometieron a la asignación al azar en una proporción de 1: 1 a los dos grupos de estudio. El primer grupo siguió recibiendo tiotropio, salmeterol y fluticasona a las mismas dosis que las utilizadas durante el período de ejecución en la duración del período de estudio de 52 semanas. El segundo grupo siguió recibiendo tiotropio y salmeterol durante el período de 52 semanas, pero con una reducción gradual en la dosis de fluticasona cada 6 semanas, a partir de una dosis diaria total de 1.000 mg a 500 mg, y luego a 200 g, y finalmente a 0 g (placebo) ,. Los pacientes que discontinuaron prematuramente la terapia fueron seguidos por el estado vital desde el momento de la interrupción hasta la finalización de la prueba a las 52 semanas.El criterio de valoración principal fue el tiempo hasta la primera exacerbación moderada o grave de la EPOC durante el período de estudio de 12 meses. Estudio completo disponible con el texto completo de este artículo en NEJM.org
Los resultads que nos ofrecen los autores literalmente refieren: La razón de riesgo para una primera exacerbación moderada o severa EPOC fue de 1,06 (95% intervalo de confianza [IC], 0,94 a 1,19) con la retirada de glucocorticoides en comparación con glucocorticoides continuación, que indica la no inferioridad, ya que el límite superior del intervalo de confianza fue por debajo de la margen de no inferioridad predefinido de 1,20. Los resultados fueron similares en un análisis de sensibilidad que incluyó las exacerbaciones que ocurren después de los pacientes habían interrumpido el tratamiento aleatorizado y en un análisis post hoc que excluía el FEV 1 a partir del modelo. El tiempo por el cual el 25% de los pacientes tuvo una primera exacerbación moderada o grave (primer cuartil) fue de 110 días en el grupo de glucocorticoides-retiro y 107 días en el grupo que continuó con glucocorticoides.
Se concluyó que en los pacientes con EPOC grave, pero estable, que estaban recibiendo terapia de combinación con tiotropio, salmeterol, y los glucocorticoides, la retirada gradual de los glucocorticoides no fue inferior a la continuación de este tipo de tratamiento, con respecto al riesgo de exacerbaciones moderadas o graves.
El estudio tuvo apoyo de Boehringer Ingelheim Pharma. (Por si es de interés para interpretar adecuadamente los resultados).