Nuevo Reto

Este es un paciente varón de 55 años, portador de sonda vesical por retención urinaria secundaria a HBP, ha sido diagnosticado de TBC pulmonar, le inician tratamiento antituberculostático con Isoniazida, Rifampicina, Pirazinamida y Etambutol, lleva casi 1 mes de tratamiento, y acude a urgencias porque notó un color naranja en la orina, que opinan ustedes........

¿Profilaxis antibiótica en recambio de sonda urinaria?


 El cambio de sonda urinaria,  nos plantea en ocasiones la duda sobre la conveniencia o no de aplicar profilaxis antibiótica,  pues es conocido  el hecho relativamente frecuente de que tras la intervencion se desencadena un cuadro de infección urinaria que en ocasiones compromete la salud del paciente, en muchos casos  débiles y muy vulnerables. Nuestros compañeros de Murcia Salud han planteado en su PREEVID de esta semana, esa pregunta  -Tras un sondaje vesical, ¿se debe pautar siempre profilaxis antibiótica? - y revisando las distintas guías  tanto europeas como americanas han obtenido los siguientes resultados:



  Ante el cambio de sonda en un paciente, no se recomendaba antibiótico profiláctico de forma habitual y que sería necesario considerar el tratamiento con antibiótico para los pacientes que:

   - Tuviesen antecedentes de ITU después de un cambio de sonda.

    -Hubiesen experimentado un traumatismo durante el cambio de la sonda.

Siendo recomendaciones generales para este tipo de actuaciones las siguientes:

   - El catéter debe introducirse en condiciones asépticas (Grado de recomendación , GR, B)*.

    -Debe reducirse al mínimo el traumatismo uretral con el uso de lubricantes adecuados y un catéter de calibre lo más pequeño posible (GR B)*.

    -El sistema debe permanecer cerrado. (GR A)*.

    -La duración de la cateterización debe ser la mínima (GR A)*.

    -Los beneficios de los antibióticos profilácticos y sustancias antisépticas no han sido establecidos, por lo tanto, no se recomiendan (GR A)*.

    -Hay poca evidencia que sugiera que la profilaxis antibiótica disminuye la bacteriuria en pacientes con sondaje intermitente, por lo tanto, no se recomienda (GR B)*.

Esteatosis hepática no alcohólica.


En el último número del BMJ del mes de julio, se hace una actualización de un tema frecuente en nuestras consultas: la esteatosis hepática. Nuestro compañero MIR (4) Armando Castillo nos hace una sinopsis didáctica que publicamos a continuación.



La esteatosis hepática NO alcohólica (EHNA) es más común que la enfermedad alcohólica debido al aumento de la prevalencia de la obesidad.
Es la causa más común de anomalías en las pruebas de función hepática.
La prevalencia mundial es aproximadamente del 20% en la población general y del 70% en los pacientes con DM2. El primer estadio de la enfermedad se reconoce cuando el contenido de tejido adiposo sobrepasa el 5% del volumen hepático. La esteatosis simple es benigna en cuanto al riesgo de progresión a una enfermedad hepática más avanzada, pero dada su alta prevalencia, representa una causa importante de cirrosis.
La esteatohepatitis NO alcohólica (ENA), que es el siguiente estadio de la enfermedad, sobreviene cuando la inflamación se mantiene y la prevalencia en la población es del 3-5%; estos pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar fibrosis hepática, cirrosis y carcinoma hepatocelular.

La obesidad es el mayor factor de riesgo para desarrollar EHNA. Ser varón, y tener historia familiar de DM2 también está asociado a la enfermedad, sin importar el índice de masa corporal. Existe evidencia de una predisposición genética para acumular grasa hepática a través del gen PNP3A (cribado no recomendado). En términos estrictos, la EHNA sólo debe ser diagnosticada en personas que NO consuman alcohol o que lo hagan en cantidades mínimas (ingesta diaria <20 g (2.5 unidades) en mujeres y <30 g (3.75 unidades) en hombres). Deben considerarse también las causas raras de hígado graso (drogas, incluyendo amiodarona, diltiazem, esteroides, tamoxifeno y terapia antiretroviral; nutrición parenteral total; pérdida severa de peso tras un bypass yeyunoileal o gástrico; lipodistrofia), haciendo una correcta anamnesis.
Muchos pacientes con EHNA serán obesos o tendrán sobrepeso, asintomáticos y con pruebas hepáticas normales. Como la EHNA puede tener un curso benigno y asintomático y no existe evidencia acerca de intervenciones efectivas, no hay razones para realizar cribado. La condición se sospecha cuando los resultados de las pruebas hepáticas (analítica de rutina) son levemente anormales: ligero aumento de la GGT y niveles de ALT más altos que los de AST (en la ENA y en la hepatitis alcohólica pasa lo contrario). La GGT y la ALT están más asociadas con el hígado graso visto en la ecografía (ecogenicidad hepática aumentada) y en la RM.
Cuando se sospecha la EHNA (antecedentes personales, relación AST:ALT y/o ecografía) se aconseja al paciente hacer cambios en el estilo de vida y debe repetirse la analítica en 3-6 meses. Se aconseja el cribado para DM2. Cuando hay aumento moderado de las transaminasas (1-3 veces por encima del límite normal, AST < ALT) y la información disponible (peso, lípidos, HbA1C, historia familiar de DM2, ingesta de alcohol) sugiera EHNA, se repite la analítica nuevamente en 2-3 meses (aconsejando sobre los cambios de vida) y haciendo un diagnóstico diferencial con patologías hepáticas más comunes (víricas, autoinmunes, hemocromatosis, hepatitis iatrogénica). Si persisten las transaminasas aumentadas (3 veces por encima de lo normal, AST < ALT) o el aumento adicional de la ALP, trombocitopenia o la aparición de signos de hipertensión portal se considerará remitir al especialista.
La ecografía hepática no aporta ningún beneficio y no se recomienda a la hora de hacer el diagnóstico. Para la mayoría de los pacientes con sospecha o diagnóstico de EHNA, la clave del tratamiento es bajar de peso (dieta y ejercicio).
El tratamiento con estatinas es seguro en pacientes con EHNA y no debe evitarse.

ÉBOLA¡¡

Una imagen que nos ayuda a tener una noción básica sobre el virus del ébola. Estos días recibí comentarios sobre las imágenes, que éstas no se veían bien, recomendamos hacer click en la entrada del tema; asimismo, podemos leer las reseñas completas y luego hacer click en la imagen para poder verla mejor.

Reto de la Semana

Este es un pequeño caso clínico actual del servicio de Neumología del CAULE, es una paciente de 50 años que acude por un cuadro de hemoptisis masiva que se logró controlar a través de una embolización por radiología intervencionista, como antecedente importante tiene bronquiectasias, la radiografía y el antecedente ayuda a acercarnos al diagnóstico... espero sus comentarios.

¡Ojo con los dolores precordiales en jóvenes y jóvenas!

 A propósito de un caso visto recientemente en nuestro servicio de Atención Continuada, el de una paciente joven (26 años) que acudió con precordalgia causada  por  un infarto de miocardio y cuyo único factor de riesgo era el consumo de cocaína en fines de semana, traemos este post.Las personas que consumen cocaína tienen hasta tres veces más infartos que el resto, según un estudio de la Universidad de Sevilla y el Hospital Universitario Virgen de la Macarena de misma ciudad, publicado en la Revista Española de Cardiologia recientemente.La investigación  estudió un total de 5.475.325 pacientes ingresados mayores de 18 años de 87 hospitales durante el periodo 2008-2010La cocaína está asociada al desarrollo de insuficiencia cardíaca. Esta sustancia estimula el sistema nervioso simpático aumentando su sensibilidad a la noradrenalina e incrementando la concentración de adrenalina hasta cinco veces por encima de los niveles normales, promueve la liberación de endotelina-1 (un potente vasoconstrictor), e inhibe la producción de ácido nítrico (el principal vasodilatador). Además, favorece la trombosis coronaria, activando las plaquetas y favoreciendo su agregación.Según el estudio publicado, la franja de edad con mayor prevalencia de trastornos por cocaína entre los pacientes hospitalizados es la de varones de entre 35 y 44 años, seguido del grupo de hombres menores de 35 años, representando un 3,11 % y un 2,9 % de los pacientes, respectivamente.
Además, existe una relación directa entre la edad en la que se consume esta droga y la incidencia del infarto, ya que mientras la presencia de éstos en la franja de edad de 35 y 44 años es del doble que entre los no consumidores, en las personas de 45 a 54 años se triplica y en la de 55 a 64 años se quintuplica.España es, después del Reino Unido, el país europeo con mayor prevalencia de consumo de cocaína entre los 15 y los 64 años de edad y es que un 8,3% la ha consumido alguna vez.La poliadicción a distintas sustancias es un problema común entre los pacientes que presentan trastornos a causa del consumo de drogas. Tras el estudio se detectó que de los pacientes que eran hospitalizados con trastornos por consumo de cocaína, un 58,9%% eran adictos al tabaco, un 50,3% al alcohol, un 35,7% al cannabis y un 33,1% a los opiáceos.
El Dr. Miguel Gili Miner, autor del estudio, explica que, “el consumo simultáneo de cocaína y tabaco aumenta la frecuencia cardíaca, la energía de contracción y la presión arterial, incrementando la demanda de oxígeno mientras, a causa de la vasoconstricción, disminuye el aporte de oxígeno. Por otro lado, el consumo simultaneo de cocaína y alcohol produce cocaetileno que potencia los efectos tóxicos de la cocaína y bloquea las terminaciones nerviosas” y concluye que, “lo ideal sería tratar al paciente con intervenciones breves o mediante la deshabituación de sus adicciones en centros especializados, incluyendo el tabaco, ya que se ha demostrado que estas actividades son eficaces en la prevención de nuevos casos de infarto agudo de miocardio”,