Han pasado más de 17
años desde la publicación ( estudio BARI), de las primeras evidencias demostrando que en pacientes diabéticos
con lesiones coronarias multivaso, tenían mejores tasas de supervivencia la realización
de injertos bypaas aorto-coronarios (CABG),
que la angioplastia percutánea (ICP), motivando entonces una alerta en este sentido del Instituto Nacional del Corazón.
Esta recomendación ha sido motivo de controversia desde
entonces, en gran parte porque en los primeros ensayos que comparan CABG y la
ICP no se utilizaron stent solo dilatación
con balón posteriormente porque los stent utilizados no eran liberadores de
fármacos y en los más recientes, que ya se
utilizaron stent liberadores de fármacos,
los estudios presentaban pocos pacientes con diabetes. La resolución de esta
controversia requeriría un ensayo con un gran número de pacientes diabéticos y
enfermedad coronaria multivaso, en los
cuales CABG o PCI se realizasen con las técnicas más actuales.
El estudio FREEDOM
con 1900 pacientes diabéticos y con enfermedad multivaso , ha intentado
resolver la controversia. Tras 5 años de
seguimiento, de los 947 pacientes
asignados a someterse a CABG tuvieron una mortalidad significativamente menor
(10,9% vs 16,3%) y un menor número de infartos de miocardio (6,0% frente a
13,9%) que entre los 953 pacientes asignados a someterse a PCI. Sin embargo,
los pacientes en el grupo CABG tuvieron significativamente mayor de accidentes
cerebrovasculares (5,2% vs 2,4%), que se produjeron en gran parte dentro de los
30 días después de la revascularización. En el grupo CABG, el resultado
primario compuesto de muerte, infarto de miocardio o un accidente
cerebrovascular se redujo en 7,9 puntos
porcentuales, con una disminución relativa del 30%, en comparación con PCI
(18,7% vs 26,6%, P = 0,005 ).
A pesar de los resultados del estudio BARI y otros ensayos, durante todo este
tiempo, cada vez más pacientes con diabetes han sido sometidos a PCI en vez de
CABG para tratar la enfermedad coronaria multivaso. La objeciones comentadas
antes a las limitaciones de los estudios por el escaso número de pacientes y el
continuo avance de la técnica y materiales en la ICP podrían justificar esa práctica durante estos años. También el hecho de que la ICP se
realiza en el mismo momento que la arteriografía
diagnostica, siendo el mismo profesional que la realiza, el que recomienda el tratamiento
y el procedimiento sin tiempo en ocasiones para tomar una decisión más deliberada.
Los resultados del estudio FREEDOM, sugieren que los pacientes con
diabetes en la medida de lo posible, deben ser informados sobre el potencial
beneficio para la supervivencia de la CABG en el tratamiento de su enfermedad multivaso. Estas discusiones deben
comenzar antes de la angiografía coronaria, con el fin de dar tiempo suficiente
al paciente y sus familiares de tomar una
decisión bien informada.
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