El Dr. Marat sufrió de prurito crónico, pero no murió de eso.


En esta semana desde la revista  NEJM  en su apartado Practica Clínica nos traen un monográfico sobre “Prurito crónico” a propósito de un caso, un tema difícil y no tan raro en consulta, que aprovecharemos para repasar y actualizarnos. A continuación hacemos un resumen de las ideas más relevantes.

EL PROBLEMA CLÍNICO
Prurito crónico, se define como picor que persiste por más de 6 semanas, es un cuadro clínico bastante frecuente. Puede implicar a la piel entera (Prurito generalizado) o sólo a áreas particulares, como el cuero cabelludo, espalda superior, brazos, o en la ingle (prurito localizado). La incidencia de prurito crónico aumenta con la edad. La condición es más común en mujeres que en hombres y se diagnostica con más frecuencia en los asiáticos que en blancos. Prurito crónico se asocia muchas veces con una perdida de calidad de vida. El prurito crónico ocasiona frecuentemente  trastornos del sueño y alteraciones de humor, incluyendo ansiedad y depresión, que pueden  a su vez agravar el prurito.
Prurito crónico es característico de varias enfermedades dermatológicas (p. ej., eczema atópico, psoriasis, liquen plano y sarna) pero también ocurre en una variedad de otros trastornos no dermatológicos. Las causas de prurito crónico pueden dividirse ampliamente en cuatro grandes grupos: *causas dermatológicas, *causas sistémicas (p. ej., colestasis, insuficiencia renal crónica, trastornos mieloproliferativos y Tirotoxicosis), *neuropáticos (por ejemplo, notalgia parestesica, [un picor característico de la espalda superior] y braquioradial  [un picor característico de los brazos, probablemente causado por el choque del nervio espinal13,14]) y *causa psicógena. Prurito de cualquier tipo puede acabar provocando cambios  secundarios de la piel como resultado de rascarse y frotarse, así la presencia de lesiones de la piel no descarta una causa sistémica.
Los mecanismos subyacentes a los diversos tipos de prurito crónico son complejos. Un número de mediadores está involucrado en la sensación de picor (figura 1FIGURA 1
Vías de picor de la piel al cerebro.
De la fisiopatogenia del prurito aún es mucho lo que se desconoce. La señal de picor es transmitida principalmente por pequeñas fibras nerviosas C originarias de la piel. Neuronas activadas por histamina y nonhistaminergicas pueden estar involucradas. Forman sinapsis con las neuronas secundarias que cruza hacia el tracto espinotalamico contralateral y ascender a múltiples áreas del cerebro. Estas áreas se superponen con las activadas por el dolor.. En ocasiones se produce una interpretación errónea de estímulos nocivos tal como el tacto que puede percibirse como prurito. No es inusual para los pacientes de informar que sólo tocar la ropa de cama, desencadena una intensa picazón. Síntomas extraños como esto, combinado con la angustia extrema de prurito crónico, dificultades para conciliar el sueño y visitas repetidas a muchos médicos, puede llevar al diagnóstico a veces erróneo de prurito psicógeno. 
Estrategias y pruebas
El primer paso en la evaluación de prurito crónico es determinar si el prurito puede ser atribuido a una enfermedad dermatológica o si existe una causa subyacente. La evaluación debería comenzar con la historia médica clínica y examen físico. Una revisión detallada de sistemas (con atención a los síntomas constitucionales que puede apuntar a una enfermedad sistémica subyacente y obtener una historia cuidadosa de la medicación (con atención a los agentes que causan prurito, como los analgésicos opiáceos). Ese examen debe repetirse en las visitas de seguimiento si el diagnóstico sigue siendo desconocido; El prurito es a veces la primera manifestación de una enfermedad sistémica, como la enfermedad de Hodgkin o cirrosis biliar primaria
Además de una historia clínica y la exploración física, numerosas pruebas de laboratorio y estudios de imagen son obligados (figura 3FIGURA 3
Tratamiento
Tratamiento del prurito crónico debe orientarse a la causa subyacente siempre que sea posible. Picazón causada por hipertiroidismo o linfoma cutáneo de células T, por ejemplo, se resuelve con tratamiento efectivo de estas condiciones. En la ausencia de un diagnóstico definitivo, se requiere tratamiento sintomático. Datos de ensayos controlados aleatorios de los agentes para el tratamiento del prurito son escasos, y en la práctica, los tratamientos que se utilizan tienen variable y a menudo subóptima efectividad 
Medicamentos tópicos y sistémicos comúnmente utilizados para el prurito crónico.
Terapia tópica
Emolientes y jabones
Para la picazón leve o localizada y xerosis (p. ej., prurito de invierno), los  emolientes tópicos son la terapia de primera línea. Tales agentes probablemente reducen prurito por el reblandecimiento de la capa más externa de la piel seca (capa córnea) y mejorando la función de barrera de la piel.
Soluciones con un pH alto como jabones alcalinos aumentan la secreción de proteasas de serina que puede provocar picor, su uso debe evitarse en favor de cremas hidratantes y limpiadores con un pH bajo (4.5 a 6.0).
Anestésicos
Capsaicina, que actúa localmente por la desensibilización de las fibras de nervio periféric, se ha utilizado como agente antipruriginoso en notalgia parasthetica. La experiencia clínica sugiere que altas concentraciones de capsaicina (hasta 0,1%) puede ser más eficaz que menores.
Preparaciones de anestésicos tópicos tales como pramoxina crema 1% o 2.5% y la mezcla de lidocaína y prilocaína 2,5% se han utilizado pruritoneuropático, facial y anogenital . Aunque los datos provenientes de ensayos aleatorios que apoyen su uso son limitados. En prurito causado por insuficiencia renal crónica, crema al 1% pramoxina redujo significativamente prurito, en comparación con el vehículo solamente.Se desconoce la seguridad del uso prolongado de estos agentes o uso en una gran superficie de la piel.
Refrigerantes
Mentol tópico alivia el picor activando las fibras A delta aferentes, que transmiten la sensación de, la sensación de fría parece reducir el prurito. La experiencia clínica sugiere que el mentol tópico puede ser efectivo en concentraciones bajas (1 a 5%); las concentraciones más altas tienden a causar irritación. No se ha estudiado el uso a largo plazo de este agente para el prurito crónico.
Glucocorticoides
Aunque los glucocorticoides tópicos no tienen efectos directos antipruriginosos, son antiinflamatorios. En ensayos controlados aleatorios, los glucocorticoides (los de alta potencia) y los de potencia moderada han demostrado eficacia en condiciones inflamatorias de la piel, como eczema atópico, psoriasis, liquen plano y Liquen genital escleroso. Potentes glucocorticoides se utilizan también para manifestaciones secundarias de prurito crónico, como prurigo nodularis y Liquen simple crónico, aunque dicha terapia se basa en la experiencia clínica no hay estudios controlados.
Otros agentes en estudio.
Ensayos clínicos aleatorios han demostrado la eficacia del pimecrolimus y tacrolimus, inhibidores tópicos de la calcineurina en reducir el prurito en lesiones inflamatorias de la piel, incluyendo varios tipos de eccema  dermatitis seborreica y psoriasis. En un pequeño estudio controlado, tacrolimus era eficaz para prurito anogenital resistente. Un efecto adverso frecuente de inhibidores tópicos de la calcineurina es una sensación de ardor que se desvanece después de unos días de aplicaciones repetidas.
En un ensayo controlado, doxepina 5% en crema, un antidepresivo tricíclico con potente propiedades anti-H1, alivia el picor localizado en pacientes con eccema atópico y dermatitis de contacto. Sin embargo, no ha demostrado eficacia en otras condiciones que causan prurito crónico. Efectos adversos son la somnolencia (de absorción por la piel) y dermatitis alérgica de contacto.
Terapia sistémica
Antihistamínicos
En la práctica clínica, antihistamínicos sedantes (por ejemplo, hidroxicina, doxepina y difenhidramina) a menudo se utilizan como tratamiento de primera línea para el prurito. Sin embargo, se carecen de datos provenientes de ensayos aleatorios para apoyar la eficacia de los antihistamínicos en pruritos distintos a los de la urticaria. En la práctica los beneficios observados pueden ser debido a las propiedades soporíferas que consigue conciliar el sueño y hacer más llevadero el cuadro.
Medicamentos neuroactivos
Gabapentina y pregabalina, análogos estructurales del neurotransmisorácido γ-aminobutírico, son eficaces para varios tipos de prurito. En ensayos controlados que incluían pacientes con prurito causado por insuficiencia renal crónica, dosis bajas de gabapentina (100 a 300 mg tres veces por semana) fueron significativamente más eficaces para reducir el prurito que el placebo. Informes del caso han descrito el uso de estos fármacos en la práctica para reducir el prurito neuropático (por ejemplo, posherpético, prurito braquioradial y prurigo nodularis), aunque no existen datos de estudios controlados de estas condiciones. Los mecanismos de acción no son claros. Los efectos adversos más frecuentes son estreñimiento, aumento de peso, somnolencia, ataxia y visión borrosa.
Antidepresivos
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (por ejemplo, paroxetina, sertralina, fluvoxamina y fluoxetina) se han indicado para reducir el prurito generalizado de varios tipos, no solo el psicogeno, un ensayo aleatorio pequeño mostró un modesto efecto antipruriginoso de paroxetina, en comparación con placebo. Un pequeño ensayo de doble ciego demostraron la eficacia de sertralina (en una dosis diaria de 100 mg) para el prurito colestásico Informes del caso han sugerido también que la mirtazapina oral antidepresivo serotoninérgico noradrenérgico (en una dosis diaria de 15 mg) puede aliviar el picor nocturno de varios tipos, incluyendo prurito relacionado con el cáncer.  Mejora en el prurito intratable en una serie de casos de pacientes con linfoma cutáneo de células T que fueron tratados con una combinación de dosis bajas mirtazapina y gabapentina o pregabalina.41 Los antidepresivos tricíclicos como amitriptilina, también de vez en cuando se usan para tratar el prurito crónico (por ejemplo, formas neuropáticos o psicógenos), Aunque estos agentes no han sido estudiados para este uso en ensayos aleatorios.
Antagonistas y agonistas opiáceos
Ensayos controlados aleatorios han mostrado efectos antipruriginosos de antagonistas de los receptores mu-opioides (por ejemplo, naltrexona, nalmefene y naloxona) en pacientes con urticaria, eccema atópico y colestasis crónicos que concuerdan con la supuesta implicación de activación endógena de los receptores mu-opioides en la mediación de prurito crónico (especialmente en las enfermedades sistémicas como la enfermedad renal crónica y colestasis). Sin embargo, los resultados de los estudios de estos agentes para el tratamiento del prurito en pacientes con enfermedad renal crónica han sido inconsistentes. Su uso esta muy  limitado por importantes efectos adversos iniciales, tales como náuseas, pérdida de apetito, calambres abdominales y diarrea.
 El butorfanol, un agonista opioide kappa y antagonista mu-opioides que se administra por vía intranasal y ha sido aprobado por la F D A para el tratamiento de la jaqueca, reduce el prurito intratable asociada a linfoma no Hodgkin, colestasis y uso de opioides.
Fototerapia
Estudios observacionales han sugerido que la banda ancha B (UVB) de la radiación ultravioleta, sola o combinada con la radiación ultravioleta A (UVA), reduce el prurito causado por insuficiencia renal crónica y mejora el prurito en enfermedades de la piel tales como psoriasis, eczema atópico y linfoma de células T cutáneo.
Terapia conductual
Terapias de modificación de conducta, incluida la educación del paciente sobre mecanismos y técnicas de reducción del estrés, pueden complementar el tratamiento farmacológico. Sin embargo, los datos provenientes de ensayos aleatorios de tales terapias son limitados. En un ensayo aleatorio que evaluaron la adición de terapia conductual cognitiva y educación del paciente a la terapia dermatológica convencional en pacientes con prurito crónico, hubo beneficios a corto plazo en algunos resultados, incluyendo una reducción significativas en la frecuencia de picor y rascado (pero no en intensidad) y una mejoría significativa en el uso de mecanismos de afrontamiento.
ÁREAS DE INCERTIDUMBRE
La patofisiología del prurito es entendida sólo parcialmente. No se ha determinado la estrategia de evaluación óptima en cuanto a rendimiento y rentabilidad. Escasean los datos de ensayos controlados aleatorios de tratamientos farmacológicos y no farmacológicas para el prurito crónico.
DIRECTRICES
Se han publicado las guías europeas para el tratamiento del prurito crónico. Las recomendaciones en este artículo son en gran parte concordantes con estas pautas.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El paciente con prurito crónico debe tener un historial médico completo, y se le debe realizar un examen físico y pruebas de laboratorio básicas para buscar evidencia de causas sistémicas, como la enfermedad renal crónica, colestasis, hipertiroidismo o linfoma. Reevaluar periódicamente si la causa no se ha identificado.
Puesto que la sequedad de la piel puede ser sutil, y porque puede agravar el prurito de cualquier causa, los emolientes deben recomendarse; puede usarse limpiadores suaves para evitar una mayor irritación. Factores desencadenantes como sobrecalentamiento por el uso de excesiva ropa de cama deben evitarse. Agentes antipruriginosos tópicos (p. ej., pramoxina) pueden ser útiles.
En pacientes con prurito severo que no se pueden eliminar mediante la identificación y el tratamiento de una causa subyacente, se deben utilizar tratamientos  tópicos, también valorar cambios de estilo de vida aunque es  poco probable que sean suficiente, y se debe considerar la terapia sistémica. Dada la escasez de datos de ensayos aleatorios las opciones terapéuticas se basan en gran parte en informes anecdóticos y experiencia clínicade expertos . Los Antihistamínicos sedantes se usan como terapia de primera línea pero suelen tener sólo eficacia moderada en la práctica (en gran parte atribuible a sus propiedades soporíferas). Valorar utilización  (fuera de indicación del laboratorio) de  tratamiento con gabapentina, a partir de una dosis baja (p. ej., 300 mg y aumentar hasta 2400 mg diarios en dosis divididas). Si esta terapia no es adecuada para controlar el prurito, consideraríamos agregar (también fuera de indicación del laboratorio) tratamiento con dosis bajas de mirtazapina (7.5 a 15.0 mg en la noche), aunque se carecen de datos de ensayos aleatorios importantes que apoyen esta opción.
Resumiendo
• Prurito crónico (picazón que persiste por más de 6 semanas) puede ser causada por enfermedades inflamatorias de la piel, enfermedades sistémicas, afecciones neuropáticas y Trastornos psicógenos.
• La presencia de una erupción no indica necesariamente una enfermedad primaria de la piel; liquenificación, nódulos de prurigo, placas de dermatitis y excoriaciones pueden derivar simplemente del frotamiento y el rascado y el prurito no tener una causa dermatológica..
• La evaluación inicial de un paciente con prurito de origen indeterminado debe incluir un hemograma completo con un recuento diferencial, una radiografía de tórax y pruebas de función hepática, renal y de la tiroides. Pacientes con prurito de origen indeterminado deben ser reevaluados periódicamente.
• En el tratamiento inicial de los síntomas, el uso de limpiadores suaves, emolientes, anestésicos tópicos y refrigerantes puede ser útil.
• Antihistamínicos sedantes pueden utilizarse principalmente para ayudar al sueño del paciente.
• Anticonvulsivos, antidepresivos y antagonistas mu-opioides parecen ser útiles en algunas formas de prurito crónico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario