¡Ojo con los dolores precordiales en jóvenes y jóvenas!

 A propósito de un caso visto recientemente en nuestro servicio de Atención Continuada, el de una paciente joven (26 años) que acudió con precordalgia causada  por  un infarto de miocardio y cuyo único factor de riesgo era el consumo de cocaína en fines de semana, traemos este post.Las personas que consumen cocaína tienen hasta tres veces más infartos que el resto, según un estudio de la Universidad de Sevilla y el Hospital Universitario Virgen de la Macarena de misma ciudad, publicado en la Revista Española de Cardiologia recientemente.La investigación  estudió un total de 5.475.325 pacientes ingresados mayores de 18 años de 87 hospitales durante el periodo 2008-2010La cocaína está asociada al desarrollo de insuficiencia cardíaca. Esta sustancia estimula el sistema nervioso simpático aumentando su sensibilidad a la noradrenalina e incrementando la concentración de adrenalina hasta cinco veces por encima de los niveles normales, promueve la liberación de endotelina-1 (un potente vasoconstrictor), e inhibe la producción de ácido nítrico (el principal vasodilatador). Además, favorece la trombosis coronaria, activando las plaquetas y favoreciendo su agregación.Según el estudio publicado, la franja de edad con mayor prevalencia de trastornos por cocaína entre los pacientes hospitalizados es la de varones de entre 35 y 44 años, seguido del grupo de hombres menores de 35 años, representando un 3,11 % y un 2,9 % de los pacientes, respectivamente.
Además, existe una relación directa entre la edad en la que se consume esta droga y la incidencia del infarto, ya que mientras la presencia de éstos en la franja de edad de 35 y 44 años es del doble que entre los no consumidores, en las personas de 45 a 54 años se triplica y en la de 55 a 64 años se quintuplica.España es, después del Reino Unido, el país europeo con mayor prevalencia de consumo de cocaína entre los 15 y los 64 años de edad y es que un 8,3% la ha consumido alguna vez.La poliadicción a distintas sustancias es un problema común entre los pacientes que presentan trastornos a causa del consumo de drogas. Tras el estudio se detectó que de los pacientes que eran hospitalizados con trastornos por consumo de cocaína, un 58,9%% eran adictos al tabaco, un 50,3% al alcohol, un 35,7% al cannabis y un 33,1% a los opiáceos.
El Dr. Miguel Gili Miner, autor del estudio, explica que, “el consumo simultáneo de cocaína y tabaco aumenta la frecuencia cardíaca, la energía de contracción y la presión arterial, incrementando la demanda de oxígeno mientras, a causa de la vasoconstricción, disminuye el aporte de oxígeno. Por otro lado, el consumo simultaneo de cocaína y alcohol produce cocaetileno que potencia los efectos tóxicos de la cocaína y bloquea las terminaciones nerviosas” y concluye que, “lo ideal sería tratar al paciente con intervenciones breves o mediante la deshabituación de sus adicciones en centros especializados, incluyendo el tabaco, ya que se ha demostrado que estas actividades son eficaces en la prevención de nuevos casos de infarto agudo de miocardio”,  

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