El
descubrimiento de los denominados nuevos anticoagulantes orales, que
permiten un control de la coagulación mas cómodo y regular que la vieja warfarina y acenocumarol, ha puesto a disposición de los
clínicos, un arsenal terapéutico cuyo uso a pesar de la
recomendaciones mas o menos restrictivas de las administraciones,
dado el incremento económico que supone su uso, ha ido aumentando de forma exponencial en aquellos pacientes
donde su indicación clínica es adecuada. El primero fue el
dabigatrán, un inhibidor directo de la trombina, aprobado para su
uso en los Estados Unidos en 2010 para la prevención del ICTUS en
pacientes con fibrilación auricular no valvular; que fue seguido
rápidamente por la aprobación de inhibidores directos del factor Xa, el rivaroxaban, apixaban y edoxabán en estos 5 años siguientes. El
inconveniente clínico grave, que limitaba su manejo, fue desde el primer
momento la falta de antídoto para revertir su efecto anticoagulante,
que en caso de necesidad quirúrgica inmediata o urgencia
hemorrágica, suponía un grave temor para el médico. Esta
necesidad de antídotos, puso en marcha rápidamente a la eficaz
maquinaria farmacéutica que ya ha presentado dos agentes que
revierten el efecto anticoagulante, el andexanet alfa y el
ciraparantag, actualmente en diversas etapas de desarrollo, y en
octubre de 2015, el Idarucizumab, (Praxvind) un fragmento de unión al antígeno
del anticuerpo monoclonal humanizado que se une a dabigatrán, ya
recibió el pasado 16 de octubre, la aprobación acelerada de la Administración de
Alimentos y Medicamentos para su uso en los Estados Unidos.
En
la ultima revista del NEJM se presentan los resultados de un estudio
realizado con uno de ellos, el “Andexanet alfa (andexanet)”
basado el la nueva tecnología
genética recombinante creando una molécula de factor Xa modificado
con una mutación en el sitio catalítico que suprime la actividad
procoagulante del factor Xa, pero conserva la estructura nativa
permitiendo su unión a los inhibidores del factor Xa con una gran
gran afinidad y neutralizando así eficazmente su actividad
anticoagulante, es una especie de señuelo de factorX inactivo, que
seduce, atrae e inutiliza a los inhibidores circulantes. Ademas,
tiene la capacidad de unirse tanto a los inhibidores directos del
factor Xa , tales como rivaroxaban, apixaban, y edoxabán, como a los
inhibidores del factor Xa que actúan a través de la antitrombina –
hepainas de bajo peso molecular y fondaparinux. En este caso el
estudio se ralizó frente a la accion del apixaban y rivaroxaban. El
Andexanet se asoció con reducciones rápidas y significativas tanto
del bloqueo de la actividad del factor Xa, como de la media de las
concentraciones plasmáticas de apixaban libre y rivaroxaban dentro
de 2 a 5 minutos después de su administración intravenosa. Esta
rapidez de acción, junto con la facilidad y flexibilidad de uso y su
ausencia de efectos secundarios trombóticos hacen del Andesanet un
antídoto ideal en un futuro inmediato. Recordemos que actualmente se encuentra en fase de investigación 3b-4.
No hay comentarios:
Publicar un comentario