El grupo de población que está por encima de 80 años es cada
día más numeroso, y obviamente forman
una de las poblaciones que mas demanda genera en nuestras consultas. Los eventos
cardiovasculares son la causa más
frecuente de muerte (45% en >de 65 años) y secuelas de grave de discapacidad
tanto a nivel físico como cognitivo, que deterioran gravemente la calidad de
vida estos últimos años. No existen
estudio de prevención en pacientes de esta edad y las escalas de riesgo al uso, basadas en la probabilidad de
presentar un episodio coronario (Framingham) o en la mortalidad cardiovascular
(SCORE) a 10 años, y que no están calibradas en mayores de 75 años (Framingham)
o de 65 años (SCORE), no valoran factores pronósticos tan importantes como el deterioro funcional o la demencia; no
existen pues hasta ahora, pautas concretas de tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular en
este grupo de pacientes. En estos días, en la Reunión Anual de la Sección de
Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), se
presentará el primer "documento de consenso" publicado en Medicina Clínica el pasado
mes de Agosto, que cuenta con el aval de las cuatro sociedades médicas
implicadas en el manejo de estos pacientes, como la Sociedad Española de
Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad
Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Sociedad Española de Medicina
Familiar y Comunitaria (SEMFYC), y cuyo objetivo es proporcionar las
directrices sobre el correcto tratamiento de los factores de riesgo
cardiovascular en la población octogenaria. Un resumen de las aportaciones más
significativas y útiles en la práctica clínica de dicho documento lo aportamos
a continuación:
El objetivo prioritario es mantener las expectativas de vida
libre de discapacidad, con la máxima capacidad funcional y cognitiva, y
asegurar la mejor calidad de vida posible.
Se establece como premisa que la toma de decisiones
terapéuticas en pacientes muy ancianos, debe ser un proceso individualizado basado en
un adecuado juicio clínico y en una valoración geriátrica integral, dado que los
cambios fisiológicos propios del envejecimiento y la frecuente presencia de comorbilidades
y polimedicación incrementan el riesgo de efectos adversos medicamentosos en
los ancianos, por lo que la indicación de modificaciones en el estilo de vida y
fármacos en esta población debe considerar siempre la relación riesgo/beneficio.
Esta valoración nos lleva a considerar la existencia de dos grupos diferenciados
de pacientes:
*Pacientes ≥ 80 años
con todos los siguientes criterios: expectativa de vida > 3 años; escasa
comorbilidad; buena capacidad funcional; ausencia de trastorno cognitivo
importante; en estos casos se recomienda
Modificación del estilo de vida:
Indicar cambios en el estilo de vida (eliminar el consumo de tabaco, incluir
recomendaciones individualizadas sobre dieta y ejercicio físico) (C).
Hipertensión
arterial: Objetivo general de presión arterial ≤ 150/90 mmHg (A). Objetivo
de presión arterial en pacientes con intolerancia a la medicación
antihipertensiva ≤ 160/90 mmHg (E). El tratamiento antihipertensivo estaría
indicado si no se consiguen alcanzar los objetivos con modificación del estilo
de vida (dieta sin sal, ejercicio, pérdida de peso), siempre que sea bien
tolerado (vigilar ortostatismo, insuficiencia renal y alteraciones
electrolíticas) (A) No hay evidencias de la superioridad de diuréticos,
inhibidores del eje renina-angiotensina o antagonistas del calcio en esta
población (E). Evitar descensos de la presión arterial sistólica y diastólica
< 120 mmHg y < 80 mmHg, respectivamente (C). Valorar siempre la presencia
de ortostatismo (A).Valorar la comorbilidad asociada y los posibles efectos
secundarios del tratamiento antihipertensivo (E)
Dislipidemia: Objetivo de
colesterol de lipoproteínas de baja densidad: prevención primaria < 130
mg/dl; prevención secundaria < 100 mg/dl (< 70 mg/dl en pacientes de muy
alto riesgo) (A). El tratamiento con estatinas estaría indicado en todos los
casos de prevención secundaria si la tolerancia es buena (vigilar síntomas de
miopatía) (A). El tratamiento con estatinas estaría indicado como prevención
primaria en sujetos de muy alto o alto riesgo (diabetes o > 2 factores de
riesgo) si la tolerancia es buena (vigilar síntomas de miopatía) y no se
consiguen objetivos con modificación del estilo de vida (dieta, ejercicio)
Antiagregación: La antiagregación con AAS a dosis
bajas (75-100 mg) está indicada en todos los casos de prevención secundaria,
siempre que el riesgo hemorrágico no sea elevado (A). La antiagregación con AAS
a dosis bajas (75-100 mg) está indicada como prevención primaria en sujetos de
muy alto riesgo (diabetes, múltiples factores de riesgo, enfermedad vascular
subclínica) (C). La doble antiagregación (AAS más clopidogrel) estaría indicada
durante 6-12 meses en pacientes con síndrome coronario agudo y/o intervención
coronaria percutánea (A). Clopidogrel
solo estaría indicado en pacientes con intolerancia o contraindicación al AAS
(C)
*Pacientes ≥ 80 años con cualquiera de los siguientes
criterios: expectativa de vida < 3 años; comorbilidad grave (fallo de órgano
avanzado: insuficiencia cardiaca grado funcional NYHA III-IV, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica dependiente de oxígeno, cirrosis hepática,
insuficiencia renal crónica estadio iii-iv, cáncer metastásico); demencia
moderada-grave; deterioro funcional importante, en estos casos se recomienda:
Modificación del estilo de vida: Valorar
el impacto de la modificación del estilo de vida (tabaquismo, dieta, ejercicio)
en la calidad de vida (E).
Hipertensión
arterial: Objetivo general de
presión arterial ≤ 160/90 mmHg (E). Evitar presión arterial sistólica < 120
mmHg y presión arterial diastólica < 80 mmHg (C). Si se indica medicación
antihipertensiva, es prioritario evitar los efectos adversos (ortostatismo,
insuficiencia renal, alteraciones hidroelectrolíticas, incontinencia urinaria) (E)
Dislipidemia:
En general, el uso de estatinas no está indicado y debe valorarse su retirada
(E)
Antiagregación:
En general, los antiagregantes no están indicados (E).
(A,B,C,D,E, grados de evidencia de la American Diabetes
Association para las recomendaciones para la práctica clínica)
Se ha excluido de forma intencionada el abordaje de la diabetes, ya que se ha publicado recientemente un consenso español específico. En dicho documento se recomendaba que en ancianos frágiles con diabetes el objetivo prioritario debería ser el mantenimiento de la funcionalidad y de la calidad de vida, y se recomendaban unos objetivos de control glucémico más laxos (HbA1c < 8,5%), remarcándose la importancia de evitar tanto las hipoglucemias como las hiperglucemias sintomáticas.
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