Hoy, hablamos de un estudio español publicado en el JACC en el mes de agosto, donde se aborda el interesante tema de los biomarcadores en la Insuficiencia
cardíaca, concretamente uno de los últimos en ser estudiado, el CA 125 como
indicador de edemas y sobrecarga hídrica en el paciente con insuficiencia
cardíaca aguda.
El tema del manejo de marcadores en la IC como ayuda al diagnostico, pronostico
y herramienta de seguimiento y control del tratamiento es viejo, pero cada día van incorporándose nuevas moléculas que los
diferentes estudios evidencias si son útiles, fiables, coste-efectivas, etc … Hasta
ahora son los péptidos natriureticos los
que se manejan de forma habitual en la clínica para el diagnostico, y los
intentos de utilizarlos como marcadores de tratamiento no han sido
concluyentes. En los últimos años le ha
tocado el turno al conocido habitualmente como marcador tumoral, el Antígeno Carbohidrato (CA 125).
El CA 125 es un glicoproteína compleja de elevado peso
molecular que se produce en diversos tejidos epiteliales serosos entre los que
se encuentran: trompas de Falopio, endometrio, peritoneo, pleura etc …se ha utilizado y se
utiliza como marcador tumoral para el seguimiento del Ca de ovario tras
remisión total para control de recidivas, pero su elevación se produce también
por otras enfermedades malignas (digestivas, tiroides , pleura etc…) y no
malignas (ascitis, derrame pleural y pericárdico, peritonitis, endometriosis
etc…). Allá por el año 1999 un estudio alemán sobre tumores en trasplantados
cardíacos, descubrió la relación entre este marcador tumoral y la severidad de
la insuficiencia cardíaca de los pacientes y desde entonces se comenzó a
especular su uso como biomarcador. En distintos estudios se ha encontrado una correlación significativa entre los
valores séricos elevados de CA125, la
clase funcional avanzada y distintos parámetros hemodinámicos relacionados con
la severidad, así como la asociación de
su elevación con un peor pronóstico a corto plazo; muy consistente su relación
con la presencia de edema periférico y derrames serosos. Una propiedad interesante del CA125, es su modificación en el tiempo
acorde con la situación clínica, descendiendo linealmente a medida que el
paciente mejora en su situación clínica. Además, a diferencia de los péptidos
natriuréticos, que tienen una vida media de minutos, el CA125 tiene una vida
media superior a 1 semana, lo que permite la monitorización evolutiva e y su
posible uso como herramienta para guiar el tratamiento.
El trabajo presentado hoy, analiza precisamente esa
propiedad de marcador de sobrecarga hídrica. En palabras del propio autor del
trabajo Dr. Núñez que comenta: “La sobrecarga hídrica desarrolla un papel
fundamental en la fisiopatología de la insuficiencia cardíaca aguda.
Tradicionalmente se evalúa a través de los síntomas y signos, pero su capacidad
diagnóstica es limitada”. El objetivo del estudio trata de evaluar el efecto pronóstico
del antígeno carbohidrato 125 (CA125), utilizándolo como biomarcador guía de la
terapia (estrategia CA125), frente al tratamiento de cuidados standar (SOC)
después de una hospitalización por insuficiencia cardiaca aguda (ICA). “Nuestro
objetivo con la estrategia guiada por CA125 fue adaptar, entre otros, la dosis
de diuréticos y la frecuencia de visitas tras el alta, según los valores
evolutivos de este biomarcador”, aclara el Dr NUñez.
Es un estudio prospectivo, multicéntrico, aleatorizado, formado
por 380 pacientes dados de alta por insuficiencia cardíaca aguda y CA125
elevado (>35U/ml). Fueron asignados aleatoriamente a la estrategia de CA125 (n = 187) o SOC (n = 193).
El objetivo de la estrategia era reducir CA125 CA125 a ≤ 35 U / ml por arriba o
abajo de la dosis de diuréticos, imponiendo el uso de las estatinas, y rigorizando
la monitorización del paciente. El criterio principal de valoración fue de 1
año compuesto de muerte o reingreso AHF.
Los resultados la terapia guiada mediante el CA125 llevó a
un mayor cambio en el ajuste de la dosis de diuréticos a lo largo del
seguimiento y a un cambio en la frecuencia de las visitas. Además, esta
estrategia terapéutica, se asoció a una reducción significativa del riesgo de
episodios adversos clínicos a un año, especialmente una reducción del cincuenta
por ciento del riesgo de nuevos ingresos por insuficiencia cardiaca aguda.
A juicio de los investigadores, los datos suponen un gran
avance en el manejo de pacientes con insuficiencia cardiaca aguda, dado que
ofrecen una nueva herramienta objetiva que ayuda en la valoración de la
sobrecarga hídrica y por ende afinar el tratamiento diurético de una manera más
apropiada. Además, al tener un coste reducido y amplia disponibilidad, la
implementación en práctica clínica diaria no debería ser complicado.
Esperemos que se inicien futuros estudios proporcionaran más información sobre los mecanismos
fisiopatológicos no aclarados hasta el momento e implicados en la elevación de
este biomarcador y pondrán de manifiesto más claramente su potencial utilidad para guiar el
tratamiento.
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