Cuidado con los fritos y las "tapitas".


Hoy traemos desde el magnífico blog “lo que dice la cienciapara adelgazar” al que os remitimos para que os “empapéis” con interesantes temas sobre alimentos y nutrición,  la reseña de un trabajo realizado por un grupo de investigadores en la India, en el que se analiza de forma experimental y sistemática  la progresiva transformación de seis grasas naturales de uso alimenticio, tras someterlas ha manipulaciones por calentamiento  y recalentamiento a distintas temperaturas y en varias ocasiones, simulando lo que en la cocina real ocurre con dichos productos alimenticios. Las grasas estudiadas son algunas de ellas de manejo diario en nuestras latitudes y otras no, y es interesante ver cómo se comportan aceites vegetales tan habituales entre nosotros como el de oliva, soja o la mantequilla, también analizan el comportamiento del aceite de cacahuete, colza y uno propio de  la India llamado “vanaspati”, derivado del aceite de palma, parcialmente hidrogenado muy utilizado allí y como podréis comprobar, muy poco recomendable.

La experiencia consiste en someter los aceites a calentamientos de 180º durante un tiempo de media hora, el propio de una fritura corriente, posteriormente se elevaba la temperatura a 220 grados que se mantenía otra media hora más, después se dejaba enfriar durante una hora para volverlo a calentar a 180 grados y freír durante media hora y luego aumentar la temperatura de nuevo a 220º durante otra media hora más. En fin lo que podría ser una  mínima secuencia de fritura más o menos corriente en muchas cocinas especialmente de restaurantes, bares, lugares de tapas etc….
En las curvas representativas se aprecia claramente como la temperatura y el tiempo hacen aumentar claramente el nivel de grasas saturadas (especialmente en los aceites que primariamente ya son más ricos en ellas),  mientras disminuye el de las insaturadas, pero lo que destaca sobremanera es la progresiva elevación de las grasas “trans” reconocidas como más dañinas y perjudiciales aún que las “ultra-anatemizadas” grasas saturadas.


Tras los ilustrativos gráficos que no precisan demasiada explicación, añado el colofón el  que L. Jimenez nos hace en el Blog como resumen.
1-El calentamiento de las grasas vegetales y mantequilla durante periodos largos aumenta su concentración de grasas trans, incluso en aquellas que no la contenían en frío.
2-La presencia de grasas trans  es especialmente significativa en todos los casos a partir del tercer y cuarto recalentamiento.
3-El aceite de oliva parece ser el que mejor aguanta sin generar grasas trans hasta el segundo recalentamiento.
4-Tras el enfriado y a partir del cuarto recalentamiento, la cantidad de grasas trans es bastante elevada y parecida en casi todos los casos.

5-Los aceites parcialmente hidrogenados que ya tienen grasas trans de origen (en este caso, el de vanaspati, que se ve en el gráfico por encima de la escala del resto), muestran  un importante aumento de su cantidad con la temperatura.

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