El síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) ha tenido en su corta historia muchos nombres, (Guilleminault et al. introdujeron en 1976 el término de síndrome de apnea del sueño para definir a los sujetos con apneas obstructivas y excesiva somnolencia durante el día) se le ha llamado síndrome de hipersommia y respiración periódica (SHRP), maldición de Ondina, y síndrome de Pickwick asociándolo a la obesidad, también OSAS (obstructive sleep apnea syndrome) en la bibliografía anglosajona o SAOS (síndrome de apneas obstructivas del sueño) o, simplemente SAS (síndrome de apnea del sueño), en los últimos años por consenso de las distintas sociedades implicadas se ha recomendado la denominación de “síndrome de apneas-hipopneas del sueño” y sus siglas "SAHS", de esta manera se incluye una referencia específica también a las hipopneas, las cuales se consideran de importancia creciente, tanto en adultos como en niños; evita el término "obstructiva", lo que permite incluir no sólo éstas, sino también las mixtas y las centrales (muchas de las cuales son realmente obstructivas en origen y por eso desaparecen con presión positiva continua por vía nasal [CPAP]) y, finalmente, estas siglas definen tanto la traducción española de "síndrome de apneas-hipopneas del sueño" como a la anglosajona de "sleep apnea-hipopnea y síndrome", lo que facilita su uso.
En la actualidad, el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) se considera como un problema de salud pública por su alta prevalencia, (4-6% de varones y 2-4% de la mujeres en edad adulta), y es evidente su asociación con problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, incremento de la mortalidad y accidentes de tráfico y laborales. La Atención Primaria, debido a sus características de accesibilidad, cercanía y conocimiento personal de los pacientes y su entorno sociolaboral, comorbilidades y sintomatología que justifique la sospecha clínica, juega un papel fundamental en su detección y seguimiento.
Se debe tener la sospecha clínica de SAHS en nuestras consultas ante un cuadro clínico caracterizado por los tres síntomas clave: la excesiva somnolencia diurna (ESD), los ronquidos, y las pausas apneicas observadas por el compañero/a de dormitorio
En las siguientes tablas extraídas del último consenso nacional sobre la SAHOS nos sirven para acercarnos al problema de una manera sencilla.
Algoritmo diagnóstico de un paciente con excesiva somnolencia durna (ESD). PR: poligrafía respiratoria; PSG: polisomnografía convencional; EPW: escala clínica de somnolencia de Epworth; ET: evaluación terapéutica; IMC: índice de masa corporal.
En cuanto al tratamiento, se debería iniciar solucionando el problema concreto que lo origina si este es conocido , pero en la mayoría de los casos o no se conoce o no tiene una solución factible, en estos casos las medidas dirigidas a promover hábitos higiénicos saludables son un primer paso fundamental, evitando la obesidad y el sobrepeso, abandonando el consumo del tabaco en el caso de los fumadores, haciendo una higiene del sueño adecuada en cuanto al regularidad y suficiencia de las horas dedicadas al sueño, evite el alcohol en las horas previas al sueño, así como las bebidas estimulantes, adopte una postura cómoda y adecuada para evitar los ronquidos, duerma de lado, evite fármacos que produzcan somnolencia o sedación, evite cenas copiosas y retrase el sueño más de dos horas después de la cena. Medidas quirúrgicas en caso de alteraciones anatómicas evidentes que de esta forma puedan solucionarse de forma definitiva. Aplicación de instrumentos mecánicos que aporten al paciente un flujo de aire a presión que impide el colapso de la vía aérea, estos instrumentos son los denominados CEPAP siglas en ingles de “Presión Positiva Continua de la Vía Aérea” (otros dispositivos más sofisticados son los denominados BiPAP que en lugar de ofrecer un flujo a presión constante lo hace a nivel variable o con dos niveles de presión ya que puede cambiar la presión en función de si el paciente está inhalando o exhalando, aumentando así la comodidad para una persona que tiene dificultades para adaptarse a una CPAP básica). Los componentes de ambos instrumentos son básicamente los mismos .
La SEPAR recientemente ha publicado una guía para pacientes que de manera sencilla informa del concepto, necesidad, utilización y mantenimiento de estas máquinas interesante para ser leída en 10 minutos tanto para los pacientes como para los médicos que tenemos entre nuestros paciente, enfermos que las utilizan.
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