El Oxígeno se administra comúnmente
en la fase pre-hospitalaria y temprana en el hospital a todos los
pacientes con infarto de miocardio con elevación del ST (STEMI)
esten hipóxicos o normóxicos, a pesar de que hay estudios que
sugieren un posible aumento de la lesión miocárdica debido a la
vasoconstricción coronaria por un estrés oxidativo aumentado.
Efectivamente tras el primer informe
sobre la utilidad del oxígeno suplementario para la angina, allá por
el año 1900, la oxigenoterapia ha sido de uso común en el
tratamiento inicial de los pacientes con infarto de
miocardio con elevación del ST (STEMI) aunque su saturación en sangre sea correcta. Esto
se basa en la creencia de que el oxígeno suplementario puede
aumentar el aporte de oxígeno al miocardio isquémico y por lo tanto
reducir la lesión miocárdica, avalado por estudios de laboratorio
que demostraban el aparente beneficio de oxígeno hiperbárico,
mediante análisis de sus niveles intracoronarios. Distintos
ensayos clínicos no concluyentes han mostrado resultados
discordantes respecto a la supuesta bondad del Oxigeno utilizado en
pacientes con STEMI normoxomicos.
Recordemos que las guías de práctica clínica actualmente recomiendan la oxigenoterapia en pacientes con STEMI sin complicaciones y con saturación de oxígeno inferior al 90-95% (según guías) pero no existen recomendaciones en pacientes normóxicos ya que la evidencia como comentamos es escasa y contradictoria (ESC 2012: Se debe administrar oxígeno (mediante mascarilla o gafas nasales) a los pacientes que tengan disnea, que estén hipóxicos SaO2<95, o a los que tengan insuficiencia cardiaca. Sigue siendo controvertido si es conveniente administrar oxígeno sistemáticamente a los pacientes sin insuficiencia cardiaca o disnea. Es de gran ayuda la monitorización no invasiva de la saturación de oxígeno a la hora de decidir la necesidad de administrar oxígeno o asistencia respiratoria), (ACCF/AHA 2013: Existen pocos datos para apoyar o refutar el valor del uso rutinario de oxígeno en la fase aguda de STEMI, y se necesitan más investigaciónes. Un análisis Cochrane combinado de 3 ensayos mostró a 3 veces más riesgo de muerte en pacientes con IM agudo confirmado tratados con oxígeno que para los pacientes con infarto agudo de miocardio que respiraron el aire ambiente. La terapia de oxígeno es adecuada para los pacientes que son hipoxémica (saturación de oxígeno <90%) y pueden tener un efecto placebo saludable en otros. El Oxígeno suplementario puede, sin embargo, aumentar la resistencia vascular coronaria. El oxígeno se debe administrar con precaución en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y retención de dióxido de carbono). A pesar de sus potenciales efectos fisiológicos adversos, oxígeno suplementario se sigue administrando a casi 90% de los pacientes con sospecha de IAM estén o no bien saturados.
Esta semana pasada la revista Circulation en linea con esta controversia, publica un ensayo multicéntrico, prospectivo, aleatorizado y controlado comparando resultados de pacientes a los que se les aplico oxígeno (8 L / min) y otros pacientes tratados sin oxígeno suplementario, todos ellos con STEMI diagnosticado con electrocardiograma de 12 derivaciones. De 638 pacientes asignados al azar, 441 fueron STEMI confirmados. El objetivo primario fue valorar la evolución del tamaño del infarto medido por enzimas cardiacas, troponina (TnI) y creatinkinasa (CK). Los objetivos secundarios incluyeron reinfarto, arritmias cardiacas y tamaño del infarto medido por resonancia magnética (RM) a los 6 meses.
Recordemos que las guías de práctica clínica actualmente recomiendan la oxigenoterapia en pacientes con STEMI sin complicaciones y con saturación de oxígeno inferior al 90-95% (según guías) pero no existen recomendaciones en pacientes normóxicos ya que la evidencia como comentamos es escasa y contradictoria (ESC 2012: Se debe administrar oxígeno (mediante mascarilla o gafas nasales) a los pacientes que tengan disnea, que estén hipóxicos SaO2<95, o a los que tengan insuficiencia cardiaca. Sigue siendo controvertido si es conveniente administrar oxígeno sistemáticamente a los pacientes sin insuficiencia cardiaca o disnea. Es de gran ayuda la monitorización no invasiva de la saturación de oxígeno a la hora de decidir la necesidad de administrar oxígeno o asistencia respiratoria), (ACCF/AHA 2013: Existen pocos datos para apoyar o refutar el valor del uso rutinario de oxígeno en la fase aguda de STEMI, y se necesitan más investigaciónes. Un análisis Cochrane combinado de 3 ensayos mostró a 3 veces más riesgo de muerte en pacientes con IM agudo confirmado tratados con oxígeno que para los pacientes con infarto agudo de miocardio que respiraron el aire ambiente. La terapia de oxígeno es adecuada para los pacientes que son hipoxémica (saturación de oxígeno <90%) y pueden tener un efecto placebo saludable en otros. El Oxígeno suplementario puede, sin embargo, aumentar la resistencia vascular coronaria. El oxígeno se debe administrar con precaución en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y retención de dióxido de carbono). A pesar de sus potenciales efectos fisiológicos adversos, oxígeno suplementario se sigue administrando a casi 90% de los pacientes con sospecha de IAM estén o no bien saturados.
Esta semana pasada la revista Circulation en linea con esta controversia, publica un ensayo multicéntrico, prospectivo, aleatorizado y controlado comparando resultados de pacientes a los que se les aplico oxígeno (8 L / min) y otros pacientes tratados sin oxígeno suplementario, todos ellos con STEMI diagnosticado con electrocardiograma de 12 derivaciones. De 638 pacientes asignados al azar, 441 fueron STEMI confirmados. El objetivo primario fue valorar la evolución del tamaño del infarto medido por enzimas cardiacas, troponina (TnI) y creatinkinasa (CK). Los objetivos secundarios incluyeron reinfarto, arritmias cardiacas y tamaño del infarto medido por resonancia magnética (RM) a los 6 meses.
Resultados: Respecto a la Troponina el
pico medio fue similar en los dos grupos. No obstante hubo un aumento
significativo en el pico medio de CK en el grupo de los tratados con
oxígeno en comparación con el grupo sin oxígeno (1.948 U / L vs.
1.543 U / L; significa ratio,1,27; 95% CI, 1,04 a 1,52; P = 0,01).
También hubo un aumento en la tasa de infarto recurrente en el
grupo de oxígeno en comparación con el grupo sin oxígeno (5,5%
vs.0.9%, P = 0,006) y una aumento de la frecuencia de arritmias
cardiacas (40,4% vs. 31,4%; P = 0,05). A los 6 meses el grupo
tratado con oxigeno tenía un aumento en el tamaño del infarto de
miocardio en CMR (n = 139; 20,3 gramos vs. 13,1 gramos; P =
0,04).
Conclusiones
La terapia de oxígeno suplementario en pacientes con STEMI, pero sin hipoxia puede aumentar la lesión miocárdica temprana y se asoció con un mayor tamaño del infarto de miocardio evaluados
a los seis meses.
Conclusiones
La terapia de oxígeno suplementario en pacientes con STEMI, pero sin hipoxia puede aumentar la lesión miocárdica temprana y se asoció con un mayor tamaño del infarto de miocardio evaluados
a los seis meses.
El estudio tiene limitaciones y
alguna paradoja ( se valora la elevacion de las CK a pesar de que la
troponina, enzima más sensible de necrosis no aumenta) y sera
necesario como siempre en estos casos aumentar el numero de ensayos y
de pacientes, y que la evidencia sea lo suficientemente fuerte para
que las sus conclusiones se eleven a definitivas.
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