
La justificación del estudio es consecuencia del conocido el
deterioro cognitivo inducido por los anticolinérgicos, pero este se considera reversible al suspender
el fármaco . Sin embargo, algunos estudios sugieren que los anticolinérgicos como
tratamiento mantenido pueden estar en el origen de algunas demencias.
Participaron en el estudio prospectivo 3.434 pacientes de 65 años o mayores sin
demencia al inicio del estudio, que fueron seguidos durante un periodo medio de
7,3 años. Los anticolinérgicos más comunes utilizados fueron los antidepresivos
tricíclicos, antihistamínicos de primera generación, y antimuscarínicos con
efecto vesical, nada se comenta de los anticolinergicos inhalados tan en boga
en la actualidad. Se informatizaron los datos de farmacia, para determinar la
exposición acumulativa de fármaco anticolinérgico,
que se definió, como las dosis totales diarias estandarizadas (TSDDs) suministradas
en los últimos 10 años. La incidencia de
demencia y enfermedad de Alzheimer se valoró utilizando criterios de
diagnóstico estándar.
Durante un seguimiento medio de 7,3 años, 797 participantes
(23,2%) desarrollaron demencia (637 de éstos [79,9%] enfermedad de Alzheimer ).
Se observó una relación dosis-respuesta para la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Siendo los resultados estadísticamente significativos, muestran que el uso de fármacos con efecto anticolinérgico de forma mantenida,
se asocia con un mayor riesgo de demencia, alertando sobre este potencial
riesgo relacionado con unos fármacos con frecuencia manejados en personas
mayores, para optimizar su manejo en los casos que sean estrictamente necesarios, a la menor dosis efectiva posible
y durante un tiempo limitado.
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