La insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada, es un trastorno de alta prevalencia, ya que se estima que afecta en torno a la mitad de los pacientes diagnosticados de insuficiencia cardíaca. Su terapéutica se basa fundamentalmente en el control adecuado de los factores de riesgo que la provocan y del resto de las comobilidades, tan frecuentes en los pacientes ancianos que la sufren. La dificultad de llenado ventricular está en la base de su fisiopatología y el control de la frecuencia cardíaca, que permita unos tiempos de llenado suficientes, es uno de los pilares del tratamiento que ha conseguido disminución de la disnea y mejor capacidad para el ejercicio.
La Ivabradina, es un fármaco inhibidor selectivo de los canales If que actúa sobre el automatismo del nodo sinusal, reduciendo la frecuencia cardíaca sin efectos inotrópicos negativos y ha sido introducido en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección deprimida en las últimas guías clínicas publicadas. Está pendiente de valorar su efecto en insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada y existen esperanzas de su eficacia, debido a ese efecto bradicardizante de la frecuencia cardiaca sin efecto inotrópico negativo (que si tienen los bbloqueantes).
El blog de la SEC, nos comenta un ensayo aleatorizado, doble ciego recientemente publicado en el JACC, que evalúa el efecto de la ivabradina sobre la capacidad funcional y los parámetros de llenado ventricular izquierdo en pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada. Los autores concluyen que en estos pacientes, el tratamiento con ivabradina durante un corto periodo de tiempo, incrementó la capacidad funcional apreciándose en los resultados una mejoría en los parámetros ecocardiográficos de función diastólica durante el ejercicio físico. El trabajo presenta limitaciones importantes en su tamaño muestral, pues solo agrupa a 114 pacientes y en su tiempo de duración, pues se limita a valorar el efecto de la droga durante solo una semana, también se limita solamente a analizar parámetros hemodinámicos de llenado ventricular izquierdo, valorados mediante ergometría con consumo de gases y ecocardiografía en reposo y tras el ejercicio físico, no permitiendo el escaso tiempo de duración, estudiar el efecto sobre calidad de vida, hospitalizaciones , aparición de nuevos eventos …etc. Sin duda un trabajo del que no pueden sacarse conclusiones aun para la práctica clínica, pero puede constituir un punto de partida para el diseño de ensayos clínicos más ambiciosos desde el punto de vista clínico, que evalúen el efecto de este fármaco a más largo plazo y sobre end points duros como mortalidad o ingresos hospitalarios, en un campo como el del tratamiento de la insuficiencia cardiaca con función sistólica conservada en el que tan necesitados estamos de evidencias.
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