Uso prudente de los antibioticos.


Publicamos la siguiente anotación, que nos envía como en otras ocasiones desde la Gerencia de Area  nuestra  compañera Cristina Alberte  Pérez, con el fin de llamar la atención sobre la celebración del día de hoy,  reafirmando con ello nuestro apoyo a “una prescripción prudente”.                                                                                                                                         























El 18 de noviembre se celebra en toda Europa el “DíaEuropeo del Uso Prudente de los Antibióticos”. Fue hace unos años cuando algunas instituciones (el Consejo de la Unión Europea,  el Parlamento, el Centro para el Control de las Enfermedades Infecciosas, así como las distintas Agencias de Medicamentos) dieron la voz de alarma sobre un problema creciente para la salud pública: el aumento y desarrollo de las resistencias bacterianas a los antibióticos.
El Consejo de la Unión Europea del 29 de mayo de 2012 dictó unas conclusiones  para abordar conjuntamente dicho problema desde la salud humana y veterinaria. España se ha unido a esta iniciativa y son numerosas las actividades que se van a llevar a cabo durante estos días. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha organizado una jornada informativa con el objetivo de exponer las líneas estratégicas del Plan Nacional y las acciones y actividades presentes y futuras que se están llevando a cabo o se van a iniciar.
Nuestro país está entre los que presenta un mayor consumo  de antibióticos, constituyendo  la automedicación  y la prescripción en Atención Primaria el 90% del total.
Aunque el desarrollo de las resistencias bacterianas depende de múltiples factores, existen evidencias de la relación entre el uso de los antibióticos y la aparición de las mismas. Además, el problema de las resistencias trasciende a los efectos meramente individuales en el paciente, provocando un gran impacto ecológico sobre toda la flora bacteriana animal y ambiental. De ahí  que las instituciones hayan puesto hincapié, este año, en el abordaje de acciones dirigidas a la salud veterinaria.
En los hospitales, la multirresistencia bacteriana ha adquirido en determinados nichos ecológicos (pacientes de UCI,  Unidad de Quemados, …) tal importancia que la mayoría de los antibióticos disponibles son ineficaces frente a algunas especies bacterianas (Pseudomonas spp., Klebsiella spp., etc.). Por este motivo se reúnen en Madrid un grupo de especialistas para establecer un programa denominado “Resistencia CERO” con la intención de implantarlo en todas las UCIs de España.
Como sanitarios y desde nuestro ámbito profesional, podemos colaborar para paliar este problema. Prescribir eficientemente, evitar la automedicación, conocer los perfiles de sensibilidad de las bacterias de nuestra área sanitaria, implicarse en la formación continuada…constituirían auténticos retos a plantear en este contexto.
Más información: Campaña Ministerio de Sanidad sobre el Uso responsable de Medicamentos.

Cristina Alberte Pérez.
Farmacéutica
    Area de Salud de León

El tamaño del colesterol, tampoco importa demasiado.

El paradigma de alcanzar unos niveles de colesterol como objetivo en la prevención de la enfermedad cardiovascular  ha caído, la nueva guía de la ACC/ AHA publicada en Circulation hace tres días, deja  ya de lado los valores de colesterol, para centrarse únicamente en el manejo de estatinas  a dosis adecuadas al nivel de riesgo cardiovascular de los pacientes que quedan clasificados en cuatros grandes  grupos:
*Los pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica clínica (ASCVD) deben recibir tratamiento de alta intensidad (los de edad <75años) o de intensidad moderada (los de edad ≥ 75 años), la terapia se hará con estatinas.
*Los pacientes con niveles de colesterol LDL ≥ 190 mg / dl deben recibir también tratamiento con estatinas de alta intensidad.
*Los pacientes diabéticos 40-75 años de edad con niveles de colesterol LDL de 70 a 189 mg / dl y sin ASCVD clínica deben recibir por lo menos la terapia con estatinas de intensidad moderada (y, posiblemente, de alta intensidad cuando el riesgo de ASCVD estimado a 10 años es ≥ 7,5%)
*Los pacientes sin ASCVD clínica o ldiabetes, pero con niveles de colesterol LDL de 70 a 189 mg / dl y un riesgo estimado de ASCVD  a 10 años ≥ 7,5% deben recibir tratamiento con estatinas  de moderada o alta intensidad.
(Las escalas de riesgo se refieren a las definidas por unas tablas especificas de la ACC/AHA que se incluyen en las respectivas páginas web y habría que ajustarlas a las escalas manejadas en nuestro entorno).
Las dosis y fármacos según la referida intensidad queda definida de la siguiente manera:
*Tratamientos de alta intensidad con estatinas son la atorvastatina (40-80 mg) o rosuvastatina ( 20-40 mg).
*Terapias de intensidad moderada estatinas incluyen atorvastatina (10-20 mg), rosuvastatina (5-10 mg), simvastatina (20-40 mg), pravastatina (40-80 mg), y otros
El peso de la evidencia acumulada, que demostraba insistentemente con múltiples estudios      que alcanzar unos niveles de colesterol a toda costa no era suficiente para conseguir los objetivos de prevención postulados, ha conseguido dinamitar una forma de actuar, de investigar  y de prescribir,  que aunque  superada por muchos clínicos que no se  llegaron a creer del todo la “idea fuerza” del colesterol como único verdugo implacable, ha marcado toda una época en los últimos diez años. La “cifra de colesterol a alcanzar” da paso como protagonista a la “dosis adecuada de estatina”, idea tampoco exenta de polémica tanto por las sombras que aún quedan por despejar en su forma de actuar, como por los grandes interés económicos en juego.
   Pero esto  son solo avances de un tema que seguirá dando  mucho que hablar en los próximos meses o mejor dicho,  años,

Café para todos.


El consumo de café, es un motivo frecuente de consulta por parte de los pacientes con riesgo cardiovascular,  dado que su consumo  es frecuente y se  ha asociado tradicionalmente a nivel popular con el aumento de presión arterial y por lo tanto del riesgo cardiovascular, ¿está justificada esta preocupación?

Para resolver este interrogante se han realizado múltiples estudios, en ocasiones con resultados contradictorios. Esta semana en la revista Circulatión se publica un metanalisis con el objetivo de clarificar la relación existente entre la ingesta habitual de café y el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Los autores (Departamento de Nutrición de la Escuela de Harvard de Salud Pública) realizaron una búsqueda en Pubmed y EMBASE de estudios de cohorte prospectivos en los que se analizara la relación entre el consumo de café y el riesgo de enfermedad cardiovascular, incluyendo la enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Se incluyeron 36 estudios con un total de 1.279.804 participantes y 36.352 casos de enfermedades cardiovasculares. Se consideraron diferentes niveles de consumo que iban desde un consumo nulo ,0 tazas al día hasta un consumo alto con una media de  5 tazas al día pasando por niveles intermedios de 1 taza y media y 3 tazas y media respectivamente. Los resultados muestran  lo que los autores definen como una relación no lineal entre el consumo de café y los eventos cardiovasculares tanto enfermedad coronaria como accidente cardiovascular, y van más allá al concluir literalmente que “el consumo moderado de café, se asoció inversamente con el riesgo de ECV, siendo  el riesgo de enfermedad cardiovascular más baja en  los que toman 3 a 5 tazas / día, y el consumo excesivo de café no se asoció con el riesgo de enfermedad cardiovascular elevado”. 
Es por tanto seguro según este estudio, mantener el habito del consumo del café en aquellos pacientes que así lo disfruten.

Las grasas saturadas ¿son tan malas?

La controversia sobre la importancia de las grasas saturadas en la génesis de la aterosclerosis y más concretamente en la enfermedad arterial coronaria va cobrando cada día mas interés. En la última semana dos artículos en el BJM mueven el tema.
Es el Dr. Malhotra del Hospital Universitario de Croydon de  Londres el que inicia el debate con su artículo “La grasa saturada no es el principal problema”  en el que tras reconocer que  las grasas “trans” incorporadas en  muchas comidas rápidas, productos de panadería y margarinas, aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular a través de procesos inflamatorios, hace una llamativa y encendida  “defensa” de las grasas saturadas, calificando de “mantra”, la insistente demonización que tras el “Estudio Siete Países”  de Ancel  Keys, allá por los años 70 se hizo de este grupo de alimentos;  la conclusión de aquel estudio fue  que había una relación entre el colesterol  total elevado y la enfermedad coronaria, pero eso no implicaba según  Malhotra  causalidad alguna, esa errónea conclusión ha llevado según él, a que durante cuatro décadas se aconseje insistentemente a reducir la ingesta de grasas, (no más de un 30% del total de calorías deben de aportarse por esta vía y menos del 10% deben de proceder de grasas saturadas). Grave error según el autor, pues aceptando que es la lipoproteína de baja densidad  LDL la relacionada con un mayor riesgo cardiovascular, la reducción de la ingesta de grasas saturadas disminuye solo la fracción LDL-A moléculas más  grandes y ligeras con poco  protagonismo en la aterosclerosis, al contrario que la fracción LDL-B, más pequeña y densas y verdaderas responsables  del proceso aterosclerótico inducidas en su síntesis por los Hidratos de Carbono, que se han incrementado al suplantar en la dieta a las grasas suprimidas. 
Avalan esta afirmación varios estudios  que el autor referencia,  donde no se ha encontrado asociación significativa entre la ingesta de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular (Siri-Tarino PW, Meta-análisis de estudios de cohorte prospectivos que evaluaron la asociación de la grasa saturada con la enfermedad cardiovascular. Am J Clin Nutr 2010). Por el contrario aconseja  el consumo de grasa saturadas pues los lácteos que la contienen  son ricos en nutrientes necesarios como la Vit  A y D, además de Ca y P que han demostrado beneficios en la hipertensión arterial y disminuyen el riesgo cardiovascular. Un estudio (Mozaffarian D, et al. Acido Trans palmitoleico, los factores de riesgo metabólicos y diabetes de nueva aparición en los adultos de Estados Unidos: un estudio de cohorte. Ann Intern Med 2010) mostró que las concentraciones más altas de plasma del acido trans palmitoleico, un ácido graso que se encuentra principalmente en los productos lácteos, se asoció con una mayor concentración de la lipoproteína de alta densidad HDL, concentraciones más bajas de los triglicéridos y proteína C reactiva,  reducción de la resistencia a la insulina, y una menor incidencia de la diabetes en los adultos.
La industria de la alimentación ha compensado y sustituido la grasa saturada por azúcar añadido, propiciando la aparición del  síndrome metabólico (el grupo de hipertensión, hiperglucemia, triglicéridos elevados, colesterol HDL bajo, y el aumento de la circunferencia de la cintura), que cada vez más se asocia al síndrome coronario, donde más de la mitad de los paciente que lo sufren no presentan realmente un colesterol  total elevado.
La creencia común mantenida de que el colesterol alto es un factor de riesgo importante para la enfermedad arterial  coronaria, ha conseguido que las estatinas sean el segundo fármaco mas recetado del mundo, y se reconoce fuerte  evidencia del beneficio de las  estatinas en prevención secundaria, por eso  a todos los pacientes después de un infarto de miocardio se prescriben tratamiento a dosis máxima independientemente de colesterol total,  pero el hecho de que ningún otro fármaco reductor del colesterol haya demostrado un beneficio en términos de mortalidad, apoya la hipótesis de que los beneficios de las estatinas son independientes de su efectos sobre el colesterol y se concretan en la estabilización de la placa coronaria y propiedades anti-inflamatoriss o pleiotrópicas.
La adopción de una dieta mediterránea después de un ataque al corazón es casi tres veces más potente en la reducción de la mortalidad que tomar una estatina  y logra una mejora del 30% con respecto a una dieta "baja en grasa" en términos de eventos cardiovasculares.
Concluye el artículo invitando a romper el mito del protagonismo de la grasas saturada en la enfermedad cardiaca y olvidar los viejos consejos dietéticos que tanto han contribuido a aumentar las tasas de obesidad.

A renglón seguido este articulo ha sido contestado por otro del Dr. Jim Mann de la Universidad de Otago,  Nueva Zelanda con el mismo título “La grasa saturada no es el principalproblema”, que se inicia apoyándose en el propio título y reconociendo que la enfermedad coronaria tiene una etiología compleja y  multifactorial, desconociéndose aún el “principal problema”,  y reconociendo como factor de riesgo claramente establecido el  síndrome metabolico y su pléyade de patología asociada  de  sobrepeso,  hiperglucemia, hipertensión,  dislipemia y obesidad central, que ha propiciado el consejo sobre el control de peso del paciente como uno de los pilares de la cardiología preventiva. El azúcar y las bebidas  dulces pues, como alimentos ricos en calorías que promueven el sobrepeso y la obesidad  se les considera en la actualidad con efecto adverso sobre el riesgo cardiovascular además pueden aumentar el colesterol total y los triglicéridos y la presión arterial, la presión diastólica en especial.
El Dr. Jim Mann está en esto de acuerdo con el Dr. Malhotra que la sustitución de grasas con azúcares en los alimentos manufacturados y otros es totalmente inapropiado. Sin embargo, discrepa fuertemente de su conclusión de que la grasa saturada sea exonerado como causa de enfermedad cardiaca coronaria.
No puede admitir de Malhotra la afirmación de que “el consejo de reducir la ingesta de grasa saturada ha producido, paradójicamente, un aumento de los riesgos cardiovasculares" pues son muchos los estudios de cohorte y ensayos clínicos que en las últimas décadas han demostrado  una disminución sustancial en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, de forma paralela a la disminución tanto de la ingesta de grasas saturadas como del  colesterol sérico.  Mann cita metanalisis con más de 900.000 pacientes de países occidentales  donde se da una relación lineal entre el colesterol total y mortalidad por enfermedad coronaria , aunque reconoce que no existe la misma relación en el caso de accidente cerebrovascular que presenta etiología mas “heterogénea”, y critica los ensayos presentados por  Malhotra  como realizados en población asiática con probables múltiples  defectos de sesgos.
La evidencia directa de una asociación entre el consumo de grasas saturadas y las enfermedades del corazón reconoce que es menos clara, pero esto  lo justifica porque en muchos estudios no se ha tenido en cuenta los nutrientes utilizados en sustitución de las  retiradas, información errónea sobre la grasa considerada a retirar, corrección adecuada según estilo de vida y errores metodológicos. Pero los resultados son más evidentes cuando se tienen en cuenta lo que sustituye a las grasa saturada , como en el estudio de Jakobsen et al (2009) donde  el efecto sobre el riesgo de cardiopatía coronaria de la sustitución de las grasas saturadas, por grasas poliinsaturadas, obtuvo una reducción significativa en el riesgo de cardiopatía coronaria mientras que la sustitución con hidratos de carbono dio como resultado un modesto incremento en el riesgo. Un metaanálisis de 8 ensayos relativamente a largo plazo Mozaffarian et al (2010) logró mediante la sustitución de grasas saturadas  principalmente por grasas poliinsaturadas confirmo los datos anteriores.
Muchos son los estudios y en todos la sustitución de grasa saturada se asoció también con una mejora de la proporción de colesterol HDL, siendo  el mayor efecto observado con la sustitución por  grasa poliinsaturada . Los ensayos clínicos que implican la reducción del colesterol total por la dieta o medicamentos confirman la reducción de riesgo de cardiopatía coronaria en proporción a la magnitud de la reducción del colesterol.
Para  el Dr. Jim Mann  principios básicos de cardioproteccion en una dieta con sin duda la reducción de grasas saturadas y azúcares libres y un aumento en la proporción de insaturados a ácidos grasos saturados.

La  discusión se mantiene, sigue viva y es de gran interés por afectar a patologías de gran importancia y afectar a la alimentación de la población general.